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Manejo del fuego

Los arrestos no apagan incendios: el manejo del fuego demanda prevención, financiamiento y estructura

Desde la Asociación Argentina de Abogados/as Ambientalistas-Colectivo de Acción por la Justicia Ecosocial, denunciamos la criminalización deliberada que responsabiliza al pueblo mapuche por los incendios en la Patagonia y desvía la atención de la ineficiente política de manejo del fuego. No hay ninguna evidencia que sustente estas acusaciones contra los pueblos originarios Se trata de una narrativa racista que busca desviar la atención del problema real: la ausencia de políticas estructurales de prevención y la desfinanciación crónica de los organismos encargados de proteger los ecosistemas.

La Ley de Manejo del Fuego sigue vigente

La Ley 26.815 de Manejo del Fuego NO fue derogada. Esto es falso. La ley está en plena vigencia y establece la organización y acción coordinada entre la Nación y las provincias para la prevención y combate del fuego. Sin embargo, su aplicación efectiva se ve obstaculizada por el vaciamiento de recursos y la falta de inversión en personal especializado. El problema no es la ley, sino su incumplimiento sistemático. 

La falta de financiamiento del Sistema Nacional de Manejo del Fuego deja a brigadistas y comunidades en situación de indefensión. A esto se suma la precarización laboral: contratos temporarios, sueldos bajos y carencia de equipamiento adecuado.

Más brigadistas que aviones

La respuesta estatal cuando el fuego está prendido es insuficiente, propio de políticas públicas vaciadas y de posturas negacionistas. La prevención de incendios debe realizarse permanentemente, con acción y comunicación territoriales. La estructura necesaria es lo fundamental, pero aún más el personal capacitado y un sistema de prevención que actúe durante todo el año.

Un Estado que esté a la altura de la policrisis combate y previene el fuego constantemente, no sólo cuando las llamas están activas. Se requieren estrategias de prevención sostenidas en el tiempo: gestión de la vegetación, monitoreo de zonas críticas, planes de mitigación y fortalecimiento de las estructuras de combate del fuego.

Vaciamiento y precarización profesional

El recorte de fondos impacta en todos los niveles. Falta personal técnico, equipos de investigación, comunicadores y formación continua para brigadistas. Las provincias carecen de capacidad de acción efectiva y de la voluntad política para construirla.

Este vaciamiento no es casual, la falta de prevención, lejos de ser un error, es una política. En marzo vuelven a vencer los contratos de todos los brigadistas que dependen de nación (Administración de Parques Nacionales y Servicio Nacional de Manejo del Fuego), esta inestabilidad laboral no puede permitirse en un contexto de creciente frecuencia, intensidad y velocidad de propagación de megaincendios.

Exigimos políticas reales de prevención en el manejo del fuego

Los incendios forestales son una tragedia previsible. Se necesita un plan integral de prevención con:

  • Más brigadistas, con salarios dignos, estabilidad laboral y condiciones laborales dignas.
  • Ejecución del presupuesto del Plan Nacional de Manejo del Fuego.
  • Fortalecimiento de la investigación y monitoreo ambiental.
  • Educación comunitaria y coordinación interjurisdiccional en la gestión de los territorios.
  • Cumplimiento efectivo de la prohibición de cambio de uso del suelo en tierras quemadas.

El fuego no es un desastre natural. Es consecuencia de políticas que priorizan el negocio sobre la vida. Seguiremos denunciando la irresponsabilidad del Estado y exigiendo justicia.

Abrir el futuro

El fin de la derrota: abrir el futuro

Hace más de un año que la extrema derecha llegó al poder y, entre tanta ejecución, aún no hay reacción. Entre diagnósticos y derrotismo, la pregunta sigue en el aire: ¿Cómo se construye una respuesta? ¿Cuál es el rumbo que va a tomar la indignación? ¿Quiénes seremos cuando la historia vuelva a girar?

Por Alejo di Risio para Revista Urbe

ELLOS 

Hace más de un año que la extrema derecha llegó al poder en Argentina. A pesar de que pasa el tiempo, todavía estamos de cara. Sorpresa, caretas, sin entender. Las hipótesis y teorías sobre por qué llegamos acá siguen resonando. En las pantallas, en las conversaciones y en las roscas suenan variaciones de las mismas preguntas ¿Cómo fue que llegamos hasta acá? ¿Vamos a poder salir? ¿Cuánto falta? 

Que si fue la inflación o los incels. Que si es #TendenciaMundial. Los medios normalizaron, los streamers banalizaron. La mano del Partido Militar. Fue la crisis, esa que ya ni sabemos desde hace cuánto viene y que tampoco entendemos bien cómo sería su final. Fue algún gato de los que Alberto llevó a la casta rosada. Fue ese gato anónimo que quiso que le digan elle. Fue el mismo gato de siempre. Sobró kirchnerismo. Faltó Cristina. Faltó kirchnerismo. Fueron (los) tibios, fueron los gorilas. Faltó territorio, calle y/o tik tok. Eran los porteños; son los cordobeses, serán los venezolanos. Todas las anteriores. 

Y mientras tanto la derecha ejecuta. Extrema, ultra, gritona, ruidosa, rabiosa. Boluda y violenta: satura y sobreinforma. Te invita a pelear, pero si aceptás corre. Cryptotinchos que sueñan con emanciparse de la vida mula porque no quieren laburar. Quieren ser influencers, brokers, traders, grinders, chads. No demandan la precariedad que Argentina les oferta. Desean la emancipación, aman la guita y esforzarse por ella, pero odian pensarse como trabajadores. Impugnan jubilarse y odian aportar. Saben que la guerra entre capital y trabajo la ganó el capital. Para los problemas del capitalismo tardío, proponen dejar atrás a la democracia. Fascismo para pocos, antes que desigualdad para muchos. Estafa piramidal antes que escasez.

Modelos de masculinidad pusilánime, frágil. Necesitaban que se validara su dolor, que les confesaran que era real, que les dieran un abrazo y les dijeran que no es su culpa. Se pensaron víctimas cuando el feminismo los moralizó, y apostaron por tierra arrasada antes que ser el último orejón. Prefirieron creer que no eran ellos, sino que era Soros. Culpan al DNI no binarix de no haber alcanzado a tener su guarida fiscal. Compensan impotencia política con venganza financiera. Parece que estuvieran a punto de componer un movimiento, pero son sólo muchos individuos. Se piensan solos, autosuficientes, flashean Lobo de Wall Street. Luchan y lucharán por su derecho inalienable a devenir Marcos Galperin. 

El Estado al cual le exigimos, al cual definimos como responsable, hoy, nos odia. Este último año se institucionalizó el desprecio por las banderas de la política. Enarbolan la de la escuela de Chicago, santificando a una economía abstracta e irreal como superior. Exorcizan la sensación de fracaso, de rezago. Microdosean odio para rellenar resentimiento. Disfrazan política de identidad.

¿NOSOTRXS?

En la selva, lo que no se mueve se muere. O se convierte en presa o muere de hambre. Parece haber estabilidad. Hay hambre.

Los primeros meses hubo un desfile mediático de oráculos colapsistas. Pero esto no se cayó por su propio peso, dio para más y no hubo estallido.  Después de los idus de marzo, la sensación de que se podía batallar gente gritona de redes con gente gritona de redes perdió ímpetu. Pregonar verdades mesiánicas no funcionó. Hubo más sensación de desamparo, de soledad. Derrotismo y desmovilización. La confirmación de que no había una reacción inmediata invitó a asumir el duelo de lo quedaba atrás. Pasamos de discutir ingreso universal básico a ver en vivo cómo esterilizan la potencia estatal. Cómo desfinancian el paisaje de instituciones, personas y conocimientos conocido como Estado. Todo edificio se puede reconstruir, y toda institución restituir. Pero para nuevas instituciones se necesitan nuevos planos de obra. 

Desestabiliza lo que dábamos por asumido, nos deja derrotados, desahuciados. El regodeo de la crueldad nos toma por sorpresa. No el de un puñadito de gritones y pusilánimes, sino el de la tribuna que los festeja. Duele. 

Tal vez la mayor herida es la social, la sensible. Que confiaba que el pueblo argentino tenía la paz social inscripta como acuerdo común. Que existía en la voluntad popular un horizonte compartido de bienestar, de igualdad. Con instituciones que, con todas sus falencias, fueran construyendo cada vez más esa sociedad. Pero no es sólo la economía lo que está en crisis, es el entramado de valores sociales ¿Hay un nosotrxs?

Cada vez más trabajadorxs no se identifican como tales, ni con sus compatriotas. A veces ni siquiera quienes tienen mejoras materiales con paritarias se identifican en las luchas colectivas. Se las ve parte de una estructura a la cual no quieren abonar ni pertenecer. Las entienden parte de una política, que no representa, y por ende no convoca. 

Con la toxificación de las redes, la provocación se ha algoritmizado. Nos llevan años de TikTok de ventaja y el gen militante se come todas las pelotas. Sin granjas de bots, publicidad, o presupuesto ¿Cómo se renueva la potencia política desde lo micro? ¿Cuando finalmente se reorganice lo popular, habrá oposición consolidada? ¿Hasta dónde la llevamos? ¿A cuantxs les va a pintar la salida solitaria de luigimangionearla? ¿cómo retomar la beligerancia sin convertirse en un promotor de las hostilidades? ¿Tenemos un derecho a la violencia? La democracia no la ejerce nadie, no se cuida sola. Funciona por oposición de intereses ¿Quién va a emerger antagonista a la extrema derecha como ordenador del sistema político? 

Esos resortes de la institucionalidad democrática ¿están aquí con nosotrxs? ¿O en el Congreso que no lo iba a dejar? Al principio la calle respiraba odio, y ellos parasitan indignación. Libran una guerra santa contra un Estado ineficiente, pero no culpable. Aunque mucha de la indignación es compartida: nos prometieron que con democracia se comía, se educaba y se curaba. Pero los descargos de ira que vimos fueron erráticos. Algunos brotes, algunos fusibles. Pero sueltos, atomizados, fundamentalmente individuales. En física, cuando las moléculas vibran para lados distintos, aumenta la temperatura de un objeto, pero este no se mueve. Y así estuvimos, quietos y calientes. Si al menos explotáramos juntxs habría 2001. Pero implotar en soledad no aglutina, no convoca, ni genera comunidad. La voluntad de dosmilunearla parece quedar en el pasado. 

Tardamos, pero entendimos. La extrema derecha, sus formas, prácticas y la identidad que pregonan, están plantadas. No se la combatirá con amor, ni diplomacia. La información y los datos no atraviesan el griterío de insultos, y nos invitan a que nos convirtamos en víctimas antes que en antagonistas. Capítulo aparte para periodistas y medios que insisten con prestar micrófono a argumentos fascistoides sin poder contextualizarlos como tales. Antes decíamos “al fascismo no se lo discute, se lo combate”. Ahora diremos “no alimentar al troll”. 

Pero es esa indignación caótica y errática la que la extrema derecha sabe capitalizar mejor que nadie. La aspira como un chute y la canaliza a su favor. Deslegitima, denigra, contesta, baitea. Sabe que la falta de visión común, deja la individualidad caótica a merced. Y de la falta de planificación del pueblo se benefician quienes más planifican. Los que más que nadie aman al Estado, que lo seducen y le vacían las arcas. El poder real. 

Las cuentas entraron en rojo, las puteadas se disiparon. Defender lo que todavía es motivo de orgullo, se combina con indignación por sus ofensivas ¿Cuánta de la indignación que fogoneamos sigue capitalizando la extrema derecha? ¿Quién cosecha la potencia política cuando suenan las cacerolas? Empujar gente al borde del estallido sólo deja una dirección para avanzar. Y ellos se alimentan de los microestallidos, de lo desorganizado. En la marea de individuos pueden gobernar, dirigir la ira de unos contra otros. 

Cuanto menos solos estamos, menos miedo tenemos. Hay potencia política en el pueblo y en lo popular, sólo que estuvo descansando, esperando, craneando. Pero terminó de duelar la expectativa de un cambio radical, de la épica de una resistencia. Ahora quiere activar y busca dónde. 

Huele a sed de acción. Las militancias silvestres asoman la cabeza, buscan rumbo, expanden campo de acción. Se buscan referentes, liderazgos, mariscales, bastones ¿Qué puede darle rumbo a la sed que fluye por las capilaridades subterráneas?

DEVENIR ANTAGONISTAS, SER ENEMIGOS

Hay procesos llegando a su final. La sensación es de cambio de época. Hubo angustias que se hicieron carne en los cuerpos, en las cuentas bancarias, en quienes fingieron cordura. Pero los cuerpos sanan, se recomponen, procesan. La derrota no se borra, pero la sensación de derrotismo si. Pensamos que la catástrofe política era el final, pero no hay final. El futuro es infinito.

Poco se ha resistido con aguante, más con resignación. Pocas trincheras, muchos repliegues. Las redes se debilitan, pero las comunidades salen a buscar solidaridad. Si ellos son la reacción al feminismo ¿cómo va a ser la reacción a la reacción al feminismo?. Pareciera que después de la derrota, el derrotismo también está llegando a su final. Devenir antagonistas a la ultraderecha. Que no haya una respuesta a ellos, sino que construyamos una ofensiva nuestra.

Venimos de un año de puro diagnóstico y pocas respuestas. Había que construir el rompecabezas, que abordar la multidimensionalidad, los pliegues. Falló la comunicación, no hay duda. Los efectos especiales no te salvan de un mal guion. Falló la capacidad de la política para transformar las vidas de las personas. Y sólo ellos se radicalizaron, de este lado no hay ultras, ni siquiera un rumbo común. Los manuales de política clásica no explican cómo recorrer los actuales territorios digitales-subjetivos-políticos. Insistir con correrse a la derecha para prevenir que llegue la derecha no interpela. 

¿Y la dirigencia a quién dirige? ¿Desde qué palacio es que “baja” al territorio? ¿Está hecha de moral esa altura que los separa? ¿Son académicos esos escalones que los elevan del territorio? Si piensan que no son de acá, gobiernen sus oficinas de Puerto Madero. No importa cuánto se recorra, siempre se es visitante donde no se habita. No pensarse dentro del país los acerca más a quienes se creen dueños de un país que odian. No ignoren, ni renieguen. Vengan, acá estamos, traiganse una sillita, les prestamos la reposera. Permitan el arraigo, hagan amistades. Construyan comunidad, necesitamos componernos como enemigos.

Si la moral progresista fracasó, indignó, ofendió ¿desde dónde construimos éticas que construyan bienestar colectivo? Me perdonen, pero la bandera de que vivamos bien, todxs, vidas plenas, felices, gozosas, no la pienso bajar. Aunque fuera cierto que se puede ser feliz en soledad, ni pienso intentarlo. Necesitamos más imágenes de futuro que nos puedan hacer salir de este presente. Derrotar esa invisible barrera que bloquea pensamiento y acción de la que hablaba Mark Fisher. La comunidad puede ser un gran acto inicial de insurrección ante tanto terror.

No quiero que pisen el pasto, quiero que recorran los pastizales. Que los sientan propios, que los quieran proteger y reproducir. Su parquizado color verde country no pincha, gasta agua, está fumigado. No permite que nuevas hierbas asomen cuando más las necesitamos. En nuestro ecosistema de representaciones, las nativas son orgullo, nunca yuyo. Las nuevas referencias que ordenen, que nucleen, que permitan salir de la recuperación a la potencia política, que la empujen a devenir y componerse antagonista de las fuerzas que nos vienen a destruir. Combatir activamente la resignación que nos lleva a la autodestrucción. La pulsión de colapso sólo lo acelera. 

Declararnos enemigos. De lo que ellos representan, de la resignación, de lo que deshumaniza y ataca. Encarnar antagonismos conscientes, colectivos, radicales. Combatir al odio, desterrar la crueldad.

CONSTRUIR COMUNIDAD, HACER FUTUROS

Fogonear indignación y denuncia construye la expectativa y la esperanza de que el cambio va a suceder. Si la percepción de la importancia del diagnóstico fuera suficiente para que alguien tomara cartas en el asunto ¿Pero quien? ¿No les pasa que extrañan la esperanza? 

Si seguimos fogoneando, un día nos vamos a despertar entre cenizas. Con capacidad de antagonizar con adversarios, pero aún más con capacidad de acción antes que la renuncia. Abandonar el derrotismo colectivo, pasar a nuevas formas de acción militante con los horizontes colectivos en el centro. Descartar vieja indignación para ir hacia los objetivos de las dirigencias aisladas. Sanar es necesario, fundamental. Incluso diría que es deseable por encima de todo lo demás. Pero ir a terapia no cura una crisis de angustia. Sanar es lento. Necesita tiempo, dedicación, riego.

Del otro lado tienen armas y finanzas, bots y trolls. Llevan ventaja en redes, en la macro. Cosechar nuestra potencia política tiene, ante todo, que ofrecer una visión común, una salida, una promesa. Nuevos pactos de futuro cargados de bienestar y plenitud, de justicia y esperanza. No resignarse a ser lo menos malo. Que puedan alentar y avivar esas chispas de micromilitancia por fuera de twitter. Llevarle una porción de postre al vecinx, discutir con el taxista, escuchar, bajarle el volumen al odio. Escuchar, escuchar, entender y escuchar un poco más. Preguntar de nuevo. Buscar, que el diagnóstico nos agarre haciendo. 

¿Dónde encontrar y construir plataformas comunes de despegue? Los valores que puedan lograr conexiones comunes, compartidas, con lo comunitario, con lo organizacional. Cómo recomponerse de quienes se sienten traicionadxs por las instituciones, por la política, por la sociedad. Las borrosas distinciones entre Estado, democracia, instituciones o capitalismo hace que las heridas de las promesas rotas las paguen todas las anteriores. 

Sindicatos, organizaciones sociales, partidos, referencias, micromilitancias ¿Cómo canalizar esa potencia política hacia adelante? El palacio manda a la calle a hacer autocrítica, pero la legitimidad está en las casas, no en el think tank. Los ritmos algorítmicos destruyen el pensamiento estratégico. Somos baiteables, queremos defender lo que atacan, hay agendas que no podemos ignorar. Un loop que se retroalimenta, su barrera que bloquea con ruido pensamiento, acción, organización. 

Diseñar y delinear la forma de las organizaciones que puedan representar y ejercer esa representación se vuelve una tarea profundamente política ¿Qué queremos y qué podemos reconstruir de los territorios estatales arrasados? ¿Cuáles son las nuevas estatalidades por emerger a la altura de los contextos de policrisis? Llenarnos de respuestas, de rumbos, de nortes y futuros a la altura de las necesidades y deseos de cada comunidad, de cada amistad, de cada expectativa. 

Deleuze dice que la amistad podía basarse en el sentido de habitar en común, de tener en común. No solamente ideas y temporalidades sino lenguajes y visiones ¿Por qué se dice tanto” mis amigxs me salvaron la vida”? Porque nos dieron en la vida el regalo de sentirse en comunidad. La sensación de no estar solxs contra el mundo, cuando había distancias culturales entre dos generaciones que eran más culturales que ideológicas ¿qué comunidades habitamos hoy que tengan futuros y horizontes en común? En la amistad y sus lenguajes existe una plataforma para atravesar una realidad absurda, para creernos capaces de transformarla.

Crear conciencia no alcanza. Fuimos criados para habitar un mundo que ya no existe; bajo paradigmas de praxis político-culturales que ya no describen la realidad.  Motorizar la voluntad popular requiere articulación y sincronía de las potencias políticas. Ante una ofensiva hiperindividualista e hiperfinanciarizada, hay oportunidad en apostar por rumbos colectivos y desfinanciarizados. Construir y fomentar comunidades no mediadas por el poder financiero que puedan crecer evitando la embestida. Que fomenten la potencia política de las micromilitancias en materialidades inscriptas por fuera de lo coyuntural. De grandes valores ordenadores que hoy no asoman, pero que la enorme capacidad del campo nacional y popular busca activamente. En simultáneo, fortalecer las redes comunitarias, de cuidados, organización que construyen capacidad colectiva de acción. 

La voluntad de las micromilitancias que existían en campaña todavía está ahí. ¿Acaso sólo el miedo a la catástrofe por venir logró destrabar una imaginación militante? Activaciones silvestres que crearon oportunidades inesperadas de intervención social. Con las urnas abiertas la potencia política demostró existencia, fluyó, apostó. Si eso fue posible sin expectativas por el mal menor.  Sobrevivir, salvar a la democracia, proteger al Estado. Había una causa por la cual luchar, un rumbo común. Y puede haber nuevos para qué de la militancia y el hacia dónde ¿Cuánto podría lograr esa potencia si emergieran horizontes ambiciosos y radicales de bienestar?

incendios

Incendios, la conspiración avanza

El Gobierno niega la crisis climática y desmantela políticas ambientales mientras los incendios arrasan ecosistemas. Se persigue a brigadistas y se fomenta el racismo anti-indígena con teorías conspirativas. Es urgente fortalecer la defensa civil y movilizar solidaridad ambiental para contrarrestar la indiferencia estatal y la manipulación política de la extrema derecha.

por Maristella Svampa y Enrique Viale para elDiarioAR

Enfrentamos un gobierno negacionista que, por definición, niega la crisis ecológica y climática y, por ende, suprime políticas ambientales y recorta cada vez más el presupuesto en nombre del ajuste fiscal, mientras los incendios previsiblemente se multiplican y devoran bosques, destruyen ecosistemas, seres humanos, animales y viviendas. ¿Cómo incidir públicamente o con qué estrategias responder en medio de esta crisis que no es solo ambiental, sino también política? Parece difícil de responder porque al Gobierno no le interesan los grandes incendios, ya que todavía percibe que no paga ningún costo político frente a la sociedad. 

En todo caso, creemos que es necesario recuperar o repensar algunas claves para poder enfrentar estos megaincendios del Antropoceno o el Capitaloceno: por un lado, información y capacitación. Por otro lado, solidaridad y empatía ambiental a gran escala.El primer eje apunta al Estado, porque requiere de políticas públicas, que es lo que efectivamente no está en la agenda del Presidente. Contamos con un sistema de información meteorológico altamente capacitado, que también ha sido afectado por despidos del Gobierno. Lo mismo ha sucedido con el Servicio Nacional de Manejo del Fuego, que además de ser desfinanciado y precarizado, pasó de la cartera ambiental a la órbita del Ministerio de Seguridad que conduce Patricia Bullrich. Así, en vez de estar planificando cómo activar las alertas tempranas (que se basan en datos meteorológicos, territoriales y en el monitoreo de las zonas más propensas a sufrir incendios), y que servirían para controlar la propagación de focos de incendios (intencionales o no), lo que el Gobierno está haciendo es reducir el personal científico y de defensa civil, mantenerlos en la angustia de la precariedad laboral permanente y amenazarlos con despidos o represalias si –por ejemplo- hablan de “cambio climático”. Es evidente que una política pública de adaptación y mitigación de la crisis climática debe pasar por el fortalecimiento y la contratación de más personal científico y de defensa civil, incluso de formación de más brigadistas entre la población y dotarlos de equipamiento y la logística adecuada.  

Pero lo cierto es que estamos ante un ecocidio anunciado: al Gobierno le interesa usar la información para sembrar noticias falsas en las redes sociales (como explica Giuliano Da Empoli en su libro Los Ingenieros del caos, al referirse a las extremas derechas), no para fortalecer un sistema de defensa civil o una red de información científica que permita prevenir, adaptarse y mitigar la crisis climática en curso. Las respuestas del Gobierno siempre van en la línea de la negación (como lo muestra el constante “Yo no dije lo que dije” del Presidente), a lo que se suman toda suerte de teorías conspirativas. Por ejemplo, se prefiere buscar un chivo expiatorio –como hizo el gobernador de Chubut hace un par de semanas y ahora replica la superministra de seguridad nacional Patricia Bullrich—, en continuidad con la campaña anti-indígena (que inició la propia Bullrich durante el mandato de Mauricio Macri), y alentar la hipótesis de que los responsables están entre la comunidad mapuche, lanzando todo tipo de acusaciones absurdas, cuando lo real es que las comunidades indígenas, por su cosmovisión, jamás prenderían fuego un árbol y son tan afectadas como cualquier otro sector de la población en estos incendios. Incluso muchos de los brigadistas en la primera línea de fuego son miembros de esta comunidad indígena. El racismo anti-indígena de este Gobierno otorga combustible fácil para encender aún más la mecha del odio y habilitar toda suerte de teoría conspirativa.

Más aún, las fuerzas policiales de la provincia estarían persiguiendo y deteniendo incluso a brigadistas comunitarios que están colaborando en el combate contra los incendios y del centro de donaciones en la Comarca Andina, de manera aleatoria, afirmando que han encontrado a los responsables de los incendios intencionales. También corre el rumor en la Patagonia que sería inminente el ingreso del Ejército a la región. Queda claro que están dispuestos a habilitar una verdadera cacería.

Falta que Milei culpe de los incendios a algún ambientalista también… Parece chiste, pero si Milei dijo hace poco en una entrevista que la izquierda debería hacerse cargo del “nacionalsocialismo” de la segunda guerra mundial, todo es posible en la Argentina de hoy. A algún troll envalentonado o alguna entusiasta diputada oficialista se le podría ocurrir y lanzarlo sin aspavientos al tóxico debate político que hoy impera en los medios televisivos.

El colmo del carácter anticiencia de este Gobierno, que viene desmantelando y desfinanciando el aparato científico nacional, se logró con la noticia de la salida de Argentina de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un hecho sin precedentes, que provoca a nuestro país innumerables perjuicios muy concretos y un aislamiento en relación a la cooperación internacional en materia de salud.

Solidaridad y Empatía Ambiental

La pregunta también es cómo desmantelar las lecturas conspirativas. Estas no solo tienen por objetivo dar una respuesta fácil, rápida y mentirosa. Las lecturas conspirativas habilitan a quien las esgrime a “recuperar” el control, cuando todo es incontrolable. La extrema derecha LO SABE y lo viene haciendo en todos lados, utilizando hechos siniestros –se trate de un crimen aberrante o de un desastre ambiental— para apelar a teorías conspiranoicas, que des-responsabilicen al Gobierno y a los poderes económicos, y que fabriquen un culpable —que ineludiblemente está entre los sectores mas vulnerables de la sociedad—. Eso suele amainar las angustias de sectores de la sociedad que solo quieren volver a la situación anterior, negando las verdaderas causas de la crisis. 

El segundo eje apunta a la necesidad de organizar social y políticamente la solidaridad y la empatía, como claves para transitar una crisis ecológica anunciada, que se va agravando. La solidaridad que vemos emerger en los territorios dañados es conmovedora y de una gran potencia. Pero por el momento es posible en un escenario de colapso climático localizado. La pregunta es cómo potenciar esas solidaridades y empatía a una escala mayor. Necesitamos, como dicen Omar Giraldo e Ingrid Toro en un hermoso libro sobre “La Afectividad Ambiental”, de 2020, volver sobre la cuestión de las emociones y el régimen de afectividad. “Este régimen establece qué elementos pueden ser amados y ante cuáles se debe permanecer indiferente, modulando así la economía afectiva de los individuos. En este contexto, la afectividad no es caótica, sino que responde a una lógica y un orden que son determinados por las estructuras de poder.” Lo cierto es que deviene complicado y difícil en un contexto nacional donde la población —o más bien, diríamos, el régimen de afectividad— está siendo constantemente bombardeado con mensajes de insensibilidad y de crueldad.

En el contexto de la policrisis contemporánea, uno de nuestros grandes desafíos es trazar una vía de construcción colectiva hacia un cambio en la afectividad que nos reconecte con la pluralidad de la vida. Esto no se logra solamente por una vía racional o a través del conocimiento científico (que a veces asusta y desmoviliza), sino “por la revolución de los afectos y las emociones”, por la movilización en defensa de la vida que incluye no solo la nuestra y la de los vecinos, sino la de los seres no humanos, animales, bosques, fuentes de agua, que están siendo devastadas. Si no alentamos esa pulsión de vida, nuestros mejores sentimientos y emociones, en clave de construcción colectiva e interdependencia, de democracia plural y participativa, nadie se salvará. Ni siquiera los ricos o los grandes empresarios que hoy contratan bomberos privados para salvar sus propiedades… 

En suma, varias veces hemos hablado aquí que de cara a una transición ecosocial justa y popular es necesario pensar en las bases de un Estado Ecosocial para hacer frente al doble desafío, el de la crisis climática y el de las desigualdades sociales. Pero afrontar la policrisis en la que vivimos también exige activar colectivamente la pulsión de vida, el respeto por la diversidad y la interdependencia como condición de la vida misma, frente al proyecto destructivo que tanto hacia arriba (instituciones/Estado) como hacia abajo (subjetividades) impulsan políticos como Milei y el conjunto de las extremas derechas.

lucha contra el fascismo

En contra de la ofensiva reaccionaria, en defensa de la democracia y la libertad

Investigadorxs, escritorxs, artistxs, científicxs, individuxs y colectivos pertenecientes al mundo de la cultura, celebramos y acompañamos desde distintos puntos del país la rebelión y el llamado a la movilización amplia y popular de parte de la comunidad LGTBIQ+ y de los feminismos, que ha despertado la necesidad de aglutinar nuestras demandas y afirmación de derechos irrenunciables en una única bandera: la lucha contra el fascismo es la lucha de todxs.

Repudiamos los dichos del presidente argentino en el Foro de Davos, los cuales lejos de ser una excepción, constituyen una extensión de las políticas de odio y de destrucción sistemática de derechos encaradas desde su gestión a partir de Diciembre de 2023. Es falso que Milei “no dijo lo que dijo”, como repiten desde las usinas desinformadoras del gobierno y sus equipos comunicacionales en las redes sociales. Milei dijo lo que dijo. 

El ataque del actual gobierno a las políticas de la memoria, de inclusión social, contra la diversidad, contra lxs trabajadorxs de la salud y la educación pública, contra los feminismos, contra la investigación científica pública, contra el movimiento socioambiental y contra los pueblos originarios, es central en su estrategia de construcción política. No nos engañemos, la destrucción de la diferencia y la diversidad, la criminalización y demonización de nuestros derechos, es un “piso” en una peligrosa dinámica de acumulación de poder político, cuyo “techo” no es otro que la instalación de un modelo antipluralista y autocrático. 

No es sólo el neoliberalismo a ultranza el que debemos combatir, sino también el odio oficialista contra la pluralidad y la diferencia, una vía oscurantista y de regresión de derechos que históricamente ha mostrado que conduce a las peores formas de autoritarismo político, incluso al fascismo.

Desde el mundo de la cultura, llamamos a la conformación de un espacio de acción civil y de reflexión colectiva, un frente multicolor, diverso y democrático, en defensa de nuestros bienes públicos, nuestros bienes naturales y territorios, nuestra memoria histórica, nuestra LIBERTAD y nuestra democracia. 

Nosotrxs, desde nuestras identidades múltiples, tampoco volvemos más al closet. 

Adhesiones:

 A. Fabiana di Luca, Abel Gilbert, Adolfo Cabral, Adrian Burman, Adrián Celentano, AdriánGorelik, Adrian Mendes, Adrian Menichelli , Adriana Alicia Bello, Adriana Alvarenga, Adriana Ballesteros, Adriana Beatriz Cornejo, Adriana Bernardotti, Adriana Enriquez, Adriana Goldman, Adriana Imizcoz, Adriana Lestido, Adriana Milanesio, Adriana Notta, Adriana Prado, Adriana Raquel Barrandeguy, Adriana Rodriguez, Adriana RodríguezPérsico , Adriana Rofman, Adriana Ruggiero, Adriana Serquis, Adriana sogli, Adriana Tijan,Adriana Villarosa , Adriano Scardapane, Agustín Berti, Agustin Díez, Agustín Moscato, Agustín Pedro Richieri, Agustín Rivero, Agustina Larrea, Agustina Zero, Ailen Aljadeff, Alan Pauls, Albertina Carri, Alberto Adolfo Beascoechea Sanchez, Alberto Alvarez, Alberto Baruj, Alberto Boco, Alberto Cabral, Alberto Cisnero, Alberto Daniel Teszkiewicz , Alberto Eleodoro Cler Pereira , Alberto Elizalde Leal, Alberto Kornblihtt, Alberto MansurAlberto Marani, Alberto Romero, Alberto Sladogna, Aldana Gaggero, Ale Castiglioni , Alejandra Bosch , Alejandra Chiaravalloti, Alejandra Fernández, Alejandra Figueroa, Alejandra Laera, Alejandra Latino, Alejandra Manini, Alejandra Pasino, Alejandra Rogante, Alejandra TorresAlejandra Vassallo, Alejandro Cattaruzza, Alejandro Covello, Alejandro D´Atri, AlejandroDaniel Barraco, Alejandro Do Carmo, Alejandro Dujovne, Alejandro Enrique Parada, Alejandro Erausque, Alejandro Galliano, Alejandro Grimson, Alejandro Grimson, Alejandro Lucangioli, Alejandro Manfred, Alejandro Manuel Boedo, Alejandro Martín Yaverovski, Alejandro Morandini, Alejandro Pérez Catán, Alejandro Rabinovich, Alejandro Seba, Alejandro Vassiliades, Alejandro Vila, Alejandro Villar, Alejandro Morelli, Alex Emmanuel Ratto, Alfonsina Guidara, Alfonso Mallo, Alfredo Martin, Alicia Bonilla, Alicia Borghi, Alicia Busso, Alicia Calendino, Alicia Carreño, Alicia Cordero, Alicia Di Fede, Alicia dowek, Alicia Dujovne Ortiz, Alicia Entel, Alicia Fino, Alicia Frenkel, Alicia Herrero, Alicia Kossoy, Alicia Liliana Fernández, Alicia Lissidini, Alicia M. González, Alicia Majlis, Alicia Paparatto, Alicia Recalde, Alicia Romanutti, Alicia Santaló, Alicia Schemper, Alicia Sutil Alvarez, Alicia Trussi, Alicia Usardi, Alvarez Alberto, Álvaro Bretal, Amanda Aguilar, Ana Abregú, Ana Aguado, Ana Alvarado, Ana Basualdo , Ana Bonelli Zapata, Ana Clara Camarotti, Ana Correa, Ana Delicado Palacios, Ana Falu, Ana Franchi, Ana Galdeano, Ana Galindo, Ana Hachmann,na Jimena Cohen, Ana Keller Sarmiento, Ana Laura biiren, Ana Lía Rey, Ana Lis Ferraris,Ana Luisa Coviello, Ana Luisa Stok, Ana Luz Sinay, Ana M Weigel Muñoz, Ana Marchetti,Ana Mareu, Ana María Barletta, Ana María canteli, Ana María Ferrari, Ana Maria Fiorentino, Ana Maria Rothman, Ana María Vertua, Ana Noguera, Ana Ochoa, Ana Pérez, Ana Perrotta, Ana Piterbarg, Ana Porrúa, Ana Rabuñal, Ana Raffo, Ana rascovsky, Ana Rayén Pumilla, Ana Repetto, Ana Rube, Ana Sánchez, Ana Sanllorenti, Ana Silvia Bianco, Ana Testa, Ana Zanotti, Anabella Pica, Anahi Ballent, Anahi Berneri, Analía Beatriz Meghdessian, Analía Cacciari, Analía Capdevila, Analía Corbelli, Analía Reale, Analia Vega,Andrea Amster, Andrea Bollof, Andrea Buscaldi, Andrea Costa, Andrea Daverio, Andrea Di Cione, Andrea Díaz , Andrea Gamarnik, Andrea Giunta, Andrea Gonzalez, Andrea Ivanna Gigena, Andrea Ocon, Andrea Pasquare, Andrea Strelkov, Andrés Díaz,Andrés Gerszenzon,Andrés Isacovich, Andrés Kreiner, Andrés Pasquaré, Andrés Pereira, Andrés Ponce de León,Andrés Reggiani, Andrés Rodríguez, Andrés Stisman, Andres Waisman, Andy Rinaldi, Ángel Vivanco,Angela  Alessio, Angela González Gentile, Anibal Viguera, Anna Mónica Aguilar,Antonela de Alva, Antonio Rigó, Antos Yaskowiak, Araceli Gutierrez, Ariadna Gallo , Ariel Fernández y Mayan, Ariel Montagnoli, Ariel Padovani, Ariel Sanabria, Ariel Vilches, Armando Bolatto, Arnaldo Manuel Carbone, Arón Bañay, Artin karina, Arturo Hoya,Asamblea de Articulación de Pueblos del Kollasuyo, Atilio Medina, Aureliano Pato Gozzi,Aurora Chiaramonte,Aurora Martinez, Avelino Dominguez, Axel Gasquet, Ayelén Iñigo,Barbara Orlando, Barbara Pschunder, Barzola Cintia Valentina, Beatriz Bragoni, BeatrizCadiz, Beatriz Gallego, Beatriz Ines Vaislas, Beatriz JaninBeatriz López, Beatriz Massuco,Beatriz S. Diez, Beatriz Vignoli , Beatriz Zaidenknop, Bebe Mallea, Belen Lopez Peiró,Benjamin Domenech, Benjamin Naishtat, Berenice Gustavino, Bernarda Pschunder,Betina Keizman, Betina Zolkower, Blanca Carrozzi, Bonaudi Marcelo, Boris Grosman,Britos Lucina, Bruno Fornillo, Bruno Spagnuolo, Cabutti Marcela, Camillo Robertini,Camilo Berra, Camilo Suárez , Candela Alarcon, Candela Mansilla, Carina Díaz, Carla Dátola, Carla Gras, Carla Kahan, Carla Maglio,Carla Yanel Pastoriza Villanueva, CarlosAguirre, Carlos Alberto Izaguirre, Carlos Álvarez, Carlos antonio, Carlos Apezteguia, Carlos Carballo, Carlos Casazza, Carlos de la Merced, Carlos Dicroce, Carlos Diviesti,Carlos Domínguez, Carlos E. Díaz, Carlos Gamerro, Carlos Gradin, Carlos Horacio Isacovich,Carlos Mones Ruiz, Carlos Núñez, Carlos Oscar Lerner, Carlos Peláez, Carlos Penelas,Carlos Presman, Carlos Rey, Carlos Richieri, Carlos Schilling, Carlos Schmerkin, Carlos Sierra, Carlos Varsky, Carlos Verdecchia, Carlota Beltrame, Carmen Rebellón, Carmen Segarra, Carolina Antoniadis, Carolina Benedetto, Carolina Bruck, Carolina Cecilia Gonzalez , Carolina Fernández, Carolina Jaroslavsky, Carolina Maria Harte, Carolina Mera, Carolina Mones Ruiz, Carolina Rivarola, Carolina Scotto, Carolina Zucal, Catalina León, Cayetana Mercé, Ceci López Monjes, Cecilia Anigstein, Cecilia Arellano, Cecilia Bonazzola, Cecilia Burastero, Cecilia Casablanca, Cecilia Clarey, Cecilia Corona Martinez,Cecilia Déborah Gorodischer, Cecilia Devia, Cecilia Ferreiroa, Cecilia Gil Mariño, Cecilia Ivanchevich, Cecilia Laskowski, Cecilia Lusnich, Cecilia Martire, Cecilia Ros, Cecilia Rugna, Cecilia Sgariglia, Cecilia Szperling, Cecilia Trosman, Cecilia Valdés, Celia Rosa Escobar,elia Rosemberg, Celina Font, César Guerrero, Cintia Ini, Cintia Osorio, Ciro Jaimes, Clara Angélica Lucía González Bolognesi, Clara Barbero, Clara Cilander, Clara Lida, Sara Luz Gils, Clara Merino Serrano, Clara Mogni, Clarisa Appendino, Claudia Abiricha, Claudia Aboaf, Claudia Albertal, Claudia Alejandra Fernández, Claudia Andtea Gotta, Claudia Bacci, Claudia Benavento, Claudia Ceja Andrade, Claudia Cerfoglio, Claudia Charnik,Claudia Couso, Claudia Del Rio, Claudia Fabijan, Claudia Feld, Claudia Fridman, Claudia Gilman, Claudia Lanosa, Claudia Lavie, Claudia Levit, Claudia Michalski, Claudia Piñeiro, Claudia Salgado, Claudia Sánchez, Claudia Viviana Fernández, Claudia Zaiczik, Claudio Andrés De Luca, Claudio Guevara, Claudio Ingerflom, Claudio Maiz, Claudio Remedi, Claudio Slamovits, Claudio Vallory, Cleo Bouza, Cleopatra Caglieri, Claudia Adriana Gorenstein, Jorge Coll, Constanza Lupi, Constanza Rambaldi, Maria Coppola, Cora Gamarnik, Corina Dellutri, Cristian Batista, Cristian Disábato, Cristian Miguel Villalba, Cristian Molina, Cristina Aldini, Cristina Alonso, Cristina Arraga, Cristina Banegas, Cristina Burneo Salazar , Cristina Chiriguini, Cristina Civale, Cristina Corradi, Cristina Gallardo, Cristina González, Cristina Herrera, Cristina Julia Aguero, Cristina Mackern, Cristina Mateu, Cristina Mazzino, cristina Merelli, Cristina Mucci, Cristina Piña, Cristina Tacchi, Csaba Herke, Cuauhtémoc Medina, Cynthia Edul, Dahiana Belfiori, Damián Valls, Damián Verzeñassi, Daniel Alfredo García Solares, Daniel Cinelli, Daniel Costanza, Daniel Dalmaroni, Daniel Di Cocco, Daniel Etcheverry, Daniel Filmus, Daniel Franco, Daniel Giglio, Daniel Grilli, Daniel Irustia, Daniel Link, Daniel Lvovich, Daniel Ontiveros, Daniel Osvaldo Arrieta, Daniel Randisi, Daniel Segata, Daniel Slucki, Daniela Koldobsky, Daniela Maturano, Daniela Peez Klein, Daniela Perez Flores Solidario, Daniela Repetto, Dardo Scavino, Darío G. Barriera, David Copello, Débora Kantor Debora Otero , Debora Tajer, Deborah Daich, Deborah Lapidus, Deiana Alcheh, Deiene González Uriarte, Delia Tedin, Demian Orosz, Denise Cobello, Denise Navarrete IbáñezDhan Zunino , Singh, Diana Klainer, Diana Kordon, Diana Miloslavich , Diana Pontnau, Diana Saiegh, Diana Sidelnik, Diana Wechsler, Diego Buivydas, Diego de Charras, Diego Escolar, Diego Golombek, Diego Ledesma, Diego Lublinsky, Diego Marcelo Soria, Diego Sachella, Diego Sachella, Diego SCHMUKLER, Dina L. Wainszelbaum, Dolores Reyes, Dora Barrancos, Dora Beatriz Rud, Dora López, Edgardo Berg, Edgardo Datri, Edgardo Dieleke, Edgardo Vegega, Edith Mabel Fernandez, Eduardo A. Russo, Eduardo de Bianchetti, Eduardo Dvorkin, Eduardo Gonzalez Colombini, Eduardo Grûner, Eduardo Joly, Eduardo Mosches, Eduardo Rene Aibar, Eduardo Simonetti, Eduardo Spedaletti, Elba Anaya, Elena Berruti, Elena Blascom, Elena Fraboschi, Eliana Castro, Eliana Inés Valzura, Eliane Costa Dias, Eliane Kogut, Elisa Nora chalekiana, Elisa Pontillo, Elizabeth Carbone, Eloisa Tarruella, Elsa Osorio, Eluney Caputto, Ema De Filpo, Emilia Edelstein, Emilia Eugenia Roca, Emilia Faur, Emilia Vidal, Emiliano Albornoz, Emilio Crenzel, Emilio Dumit, Emilio Pedro Portorrico, Enrique Iturralde, Enrique Kasimierski, Enrique Lavigne, Enrique Solinas, Enrique Solinas, Enrique Viale, Enzo Maqueira, Eric Zampieri, Erika Pires Ramos, Ernesto D’Onofrio, Ernesto Hernando, Ernesto Lamas, Ernesto Meccia, Ernesto P. Cerdá, Ernesto Tetamanti, Esteban Buch, Esteban José Domingo, Esteban José Larrosa, Esteban Lavilla, Esteban Rodríguez, Estefanía Ariela Kogut, Estela Consigli, Estela Inés Maroni, Estela Maiorano, Estela Santalla, Ester Agunin, Ester Catzman, Ester Salinas, Ester Stekelberg, Ester Szlit, Esterkin Daniela, Esther Cross, Esther Pineda, Estrella Simon, Eugenia Almeida, Eugenia Corriés, Eugenia Levin, Eugenia Piazza, Eugenia Zicavo, Eugenio Polisky, Eva Analia Chiani, Eva Faga, Exequiel Svetliza, Ezequiel Fonseca, Ezequiel Martinez, Ezequiel Yoffe, Fabi Almundy, Fabian Acosta, Fabián Claudio Flores, Fabian Hofman, Fabián Lebenglik, Fabián O. Iriarte, Fabiana Israel, Fabiana Rousseaux, Fabiana Scherer, Fabiana Sordi, Fabio Wasserman, Facundo Cuesta, Fátima Cabrera, Fedora Fernández y Mayán, Felipe Alvarez Parisi, Felipe Lagos, Felipe Wainsztein, Felisa Klaz, Felix Requejo, Fermina Kon, Fernanda Larreteguy, Fernanda Maidana, Fernando Bogado, Fernando Brizuela, Fernando Farina, Fernando GaliziaFernando González, Fernando López Molochnik, Fernando Manuel Suárez, Fernando Martín Peña, Fernando Migueles, Fernando Mongiano, Fernando Morales, Fernando Otero, Fernando Pennacchio, Fernando Remedi, Fernando Rodriguez, Fernando Saldaña Rosete, Fernando Salem Fernando Schifani, Fernando Williams, Flavia Costa, Flavia Felippelli, Flavia Pittella, Flavia Spagnolo, Flora Abravanel, Flora Salem, Florencia Battiti, Florencia Bossié, Florencia Cascardo, Florencia Garramuño, Florencia Gelso, Florencia Gutiérrez, Florencia Harte, Florencia Langhi Sanfilippo, Florencia Macchioli, Florencia Olivera, Florencia Ure, Florencia Wegher Osci, Francisco Bolsi, Francisco Cantamutto, Francisco Estrada, Francisco Javier Ghiglino, Francisco Macchiarelli, Francisco Medus, Francisco Reyes, Francisco Spadano, Gabbai María Inés, Gabriel Baggio, Gabriel Blanco, Gabriel Data, Gabriel Dopchiz, Gabriel Fernandez, Gabriel Fuchs, Gabriel Giorgi, Gabriel Katz, Gabriel Kessler, Gabriel Loyber, Gabriel Puricelli, Gabriel Sánchez Sorondo, Gabriel Torem, Gabriela Águila, Gabriela Alejandra Fairstein, Gabriela Antenzon, Gabriela Antenzon, Gabriela Beck, Gabriela Cabezón Cámara, Gabriela Chiocca, Gabriela Enia, Gabriela Fukelman, Gabriela Golder, Gabriela Greco, Gabriela Haddad, Gabriela Kirschbaum, Gabriela Larralde, Gabriela Maffassanti, Gabriela Maldonado, Gabriela Margulies, Gabriela Pomiglio, Gabriela Romeo, Gabriela Saidon, Gabriela Sandra Míguez, Gabriela Tognettim, Gabriela Urrutibehety, Gabriela Valente, Gabriela Wiener, Gabriela Zimerman, Gaby Comte, Gachi Edelstein, Geaciela Jacob, Gerardo Bustamante, Gerardo Camilletti , Gerardo Halpern, Gerardo Mazur, Gerardo Segovia, Germán Garrido, german riesco, Germán Serain, Gilda Bona, gilda picabea, Giovanna Hinojosa, Glady Noemi Gomez, Gladys Rodríguez, Gladys Silva, Gloria Filipuzzi, Gloria Peirano, Gonzalez Adrian, Gonzalo Aguilar, Gonzalo Conte, Gonzalo Gambetta, Gonzalo Santos, Gonzalo Unamuno, Gonzalo Vergez, Graciela Abuin, Graciela Alonso, Graciela Baamonde, Graciela Berenstein, Graciela Canziani, Graciela Cassou, Graciela Clotilde Riquelme, Graciela Etchegoyen, Graciela Falivene, Graciela Franco, Graciela Galíndez, Graciela García Romero , Graciela Goldchluk, Graciela Henriquez, Graciela Jacquemoud, Graciela Logarzo, Graciela Montaldo, Graciela Nora Kullock, Graciela Paganizzi, Graciela Petroni, Graciela Piombo, Graciela Quinterno, Graciela Rodriguez de Milano, Graciela Silvestri, Graciela Silvia Galarraga, Graciela Speranza, Graciela Torales, Graciela Traid, Graciela Vázquez, Griselda Inés Amez, Guad Creche, Guadalupe Carrizo, Guido Berenblum, Guillamondegui cecilia, Guillermo Aprile, Guillermo Blanco, Guillermo enrique Vidal, Guillermo Lagüela, Guillermo Schnitman, Gustavo Caponi, Gustavo Fabián Rojas, Gustavo Gotbeter, Gustavo Insaurralde, Gustavo J. Scrocchi, Gustavo Lavintman, Gustavo Malajovich, Gustavo MaldinoGustavo Nielsen, Gustavo Nilsen, Gustavo Roberto Zúñiga, Gustavo Romeo , Gustavo Slatopolsky, Gustavo Teres, Gustavo Trabajo, Haydee Alvarez, Haydee F, rontiniHaydée Montesano, Hebe Estrabou, Hector Depino, Héctor Rodolfo Bentolila, Héctor Rodríguez , Henry Chiroque, Herminda Lahitte, Hernán Carbonel, Hernán Fair, Hernán Fernández, Hernán Scandizzo, Hilda Paz, Hilda Silva, Horacio Alban, Horacio Convertini, Horacio Gargano, Horacio Ismael avila, Horacio Martínez, Horacio Orlando Calcagno, Horacio Sporn, Horacio Tarcus, Horacio Vitale, Horacio Zabaljauregui, Huerquen Comunicación, Hugo Miranda, Hugo Pasquale, Hugo Vezzetti, Ian Barnett, Iara Freiberg, Idelma Cano, Ignacio Iraola, Ignacio Masllorens, Ines Coll, Inés Nuñez, Inés Oviedo, Inés Valsagna, Inés Vernengo, Ines Yujnovsky, Ingrid Beck, Ingrid Migelson, Ingrid Pelicori, Ingrid Sarchman, Irene Di Matteo, Irene joselevich, Irene Pinasco, Irene svarzman, Irma Angélica Fachal, Irma Beatriz Giordano, Irma Parentella, Isabel Otañi, Isabel Puente, Isabel Quinteros,Isolina Dabove, Italo Guerra, Ivana Vollaro, Ivanna Margarucci, Ivanna Mellibovsky, Javier Bussi, Javier Dos Santos, Javier Elias Meijide, Javier García Crocco, Javier Gasparri, Javier Ignacio Luna Crook, Javier Rodríguez, Jazmín Esquivel, Jazmin Pérez, Jesica Gómez, Jesús Antuña, Jimena Fernández , Jimena Fuertes, Jimena Repetto, Jimena Sánchez de la Vega, Joaquín Barrera, Joaquin Ezcurra, Jorge Alberto Gómez, Jorge Aliaga, Jorge Angel Milanesi, Jorge Antonio Amitrano, Jorge Argento, Jorge Bernstein, Jorge Castelli, Jorge Consiglio, Jorge Doallo, Jorge Fonseca, Jorge Geffner, Jorge Hector Vidal, Jorge Iturriza, Jorge Karol , Jorge Luis Donadio, Jorge Montanari, Jorge Oscar Daneri, Jorge Ricardo Moldavsky, Jorge Sánchez, Jorge Schwartz, Jorge Sorda, Jorge Spíndola, Jorge Zanada, Jorgelina Vittori, José Ahumada, Jose Angel Zuberman, José Armaleo, Jose Federico Requena , Jose Goyeneche, José Grammatico, José Leale, Jose Luis Akel, José Luis BlancO, José Luis Ronconi, José Marcelo Esses, José Miguel Onaindia, José Muchnik, Jose Octavio Estevez , Josefina Lanzi, Juan “Pollo” Raffo, Juan Alonso, Juan Antonio Ennis, Juan Antonio Videla, Juan Astica, Juan Benítez , Juan Bonangelino, Juan Cabrera, Juan Carlos Etchegaray, Juan Carlos Kreimer, Juan Carra, Juan Cesar GiulianoJuan Esteban Billordo, Juan Falú, Juan ferrero, Juan Gonzalez, Juan Ignacio Burgos, Juan Larumbe, Juan Leonetti, Juan Luis Francia, Juan Manuel Leiva, Juan Manuel Sicoli, Juan Maria Richieri , Juan MiguelbEscobar, Juan Pablo Angelone , Juan Pablo Casiello, Juan Pablo Navarro, Juan Piovani, Juan Ricardo Serur, Juan Ritvo, Juan Sasturain, Juana Dran, Juana Lichtensztajn, Juana Renata Rocco Cuzzi, Judirh Laskowski, Judith Binstock, Judith Farberman, Julia Agrest, Julia Buratovich, Julia Castagnaro, Julia Elena Bernardi, Julia Gutierrez, Julia Mensch, Julia Milman, Julia Miranda, Julia Zullo, Julian Gallego, Julián López, Juliana Ceci, Juliana Motta, Juliane Schmidinger, Julieta Cebollada, Julieta Diaz, Julieta Falcone, Julieta Obedman, Julieta Saniez, Julieta Szulak, Julio Calvo, Julio César Suárez, Julio Eduardo Caram, Julio Vezub, Kahina Boudarène, Karina BoiolaKarina Bonifatti, Karina Granieri, Karina Janello, Karina Micheletto, Karina Rotblat, Karina Simón, Karina Vasquez, Katja Alemann, Kekena Corvalan, Kevin Ismael Mongiano Tapia, L.Dorcas Bressán, Lara baldino, Lara Chamorro, Lara Margaritini, Lara Marmor, Laura Alicia Weinberg, Laura Arra, Laura Blanco, Laura Bobitzky, Laura Bonasorte, Laura Colpachi, Laura Contrera, Laura Cukierman, Laura Ebenau, Laura Esponda, Laura Irene Lacreu, Laura Itatí GiméneZ, Laura Klein, Laura Lerer, Laura Marcela Perez De Stefano, Laura Quiroga, Laura R. D A gostino, Laura Russoniello, Laura San Román, Laura Soledad Barrientos, Laura Susana Camelli, Laura Susana Steimberg, Laura Vazquez, Lautaro Fiszman, Leila Tschopp, Lelia González, Leny Magalhães Mrech, Leo Vinci, Leonardo Marges, Leonardo VARELA, Leonor Chara, Leonor Charvay, Leonor Lipszyc, Leonor Vila, Leopoldo Mario Piazza, Leticia Echavarri, Leticia Kabusacki, Leticia Lucía Pogoriles, Leticia Obeid, Libertad Domínguez, Licenciado Gustavo Berman, Lidia Adobato, Lidia Angélica Weisman, Lidia Beatriz Montan,Lidia Ferrari, lidia Paula Cáceres, Lila Gianelloni, Lila Magdalena, Lilián Formoso, Liliana Citta, Liliana Daunes, Liliana Dente, Liliana Donzis, Liliana Escliar, Liliana Fatima Ramirez, Liliana Furió, Liliana Gómez, Liliana Guerrero, Liliana M Montenegro, Liliana María Saligari, Liliana Paolinelli, Liliana Piñeiro, Liliana Ramirez, Liliana Saidon, Lliliana Samuel, Liliana Sanchez, Liliana Saro, Liliana Vanella, Liliana Vidal, Liliana Viola, Lily Suarez, Loana Pagani, Lola Rubio, Lorena Culasso, Lorena Diaz, Lourdes Risso Patrón, Lu BellottiLucas Domínguez Rubio, Lucia  Capozzo, Lucia Alvarez, Lucía Andreozzi, Lucia Fainboim, Lucia Kerycz, Lucia Maina, Lucia Miranda, Lucía Roca, Lucia Tennina, Lucía Vazquez, Luciana Acuña, Luciana Aznarez, Luciana Fornasari, Luciana Kaczewer, Luciana Lagorio, Luciana Neme, Luciana Strauss, Luciana Vernaz, Luciana Zotta, Luciano Lahiteau, Luciano Monza, Lucila Edelman, Lucila Schonfeld, Lucila Szwarc, Lucrecia Conti, Lucrecia FerraroLucrecia S. Raff, Luis Alberto Escobar, Luis Alberto Tito, Luis Angilletta, Luis Juarez, Luis Lichtensztei, Luis María Bunge Campos, Luis Saez, Luis Vargas Santiago, Luisa Jamardo, Luisa Valenzuela, Lujan Funes, Lula Comeron, Luna Torres, Luz Aguilar, Luz Pearson, Luz Rodríguez Carranza, M a Justich, M. Alejandra Korstanje, M. Eugenia Sik, Ma. Graciela de la Llera, Mabel Beatriz García, Mabel Busaniche, Mabel Londero, Mabel MoyanoMabel Noemi Deguisa, Mabel Rodríguez Ponte, María Fernanda Ampuero, Magali Etchebarne, Magdalena Eggers, Magdalena Jitrik, Maggie De Koenigsberg, Maira Elizabeth Müller, Maira Valdiviezo, Maite Fernández, Maite Unsain, Malena Rey, Malena Seiguer, Mansinho Macarena, Manuel Callau, Manuel Callau, Manuel Lapertosa, Manuel Pizarro, Mara Facchinetti, Mara Nazar, Mara Pérez Guevara, Marcel Awolfson, Marcela Ana Negro, Marcela Astorga, Marcela Barengo, Marcela Bazzano, Marcela Caraballo, Marcela Cuesta, Marcela De Cock, Marcela Ferrari, Marcela Heiss, Marcela La Civita, Marcela Laudoni, Marcela Miranda, Marcela Nicastro, Marcela Ponce, Marcela Rettig, Marcela Ternavasio, Marcela Terzano,Marcela Visconti, Marcela Zanin, Marcelo Ades, Marcelo Armando, Marcelo Bachur, Marcelo Balsells, Marcelo Baron, Marcelo Caruso, Marcelo D Ambrosio, Marcelo Epstein, Marcelo Fabián González Giordano, Marcelo Guerrieri, Marcelo Huernos, Marcelo Iwan, Marcelo Ovadia, Marcelo Piñeyro, Marcelo Raffin, Marcelo Ruiz, Marcelo Stigliano, Marcos Mutuverría, Marcos Urdapilleta, Margarita Noia, Margarita Trlin, María Adela Antokoletz, María Agustina Richieri, María Alba Bovisio, María Alejandra Cellilli, María Alejandra Nievas, Maria Alicia Gutierrez, María Amelia Abbate, María Ana Tronquoy, Maria Andrea Nicoletti, María Angélica Ciravolo, María Aurelia Masino, María Belén Longo, Maria Bernadó, María Cecilia Iida, Maria cecilia Moyano, María Celia Bravo, Maria Clara Tagliafico, María Claudia Nanni, María Claudia Valeros, María Cristina Carrillo, María Cristina Diaz, María Cristina Durando, Maria Cristina Estébanez, Maria Cristina Ocariz, María Cristina Palmiero, María de los Ángeles Echeverría, Maria de los Angeles Martinez Zuviria, Maria de los Santos, María De Michelis, María del Carmen Beltran, María del Carmen EchavarrenMaría del Carmen Sarthes, Maria del Mar Viñas, Maria Elena Lucero, María Elena Martin, María Elena Noya, María Elvira Hasenbalg, Maria Emilia Marroquín, Maria Estela Fernández, María Ester Mazza, Maria Ester Rosas, Maria Estrella Elizabeth Haberkorn Rey, María Eugenia Bestani, María Eugenia Boixados, María Eugenia López, María Eugenia Rasic, María Eugenia Richieri, María Eugenia Sosa, Maria Eugenia Zucal, Maria Fernanda  Beltrame, María Fernanda Ikeda, María Fernanda Trebol, Maria Fernández, Maria Figuerero, María Florencia Clément, María Florencia López Roger, María Florencia Suárez, María Gabriela Mizraje, Maria Gabriela Pedrotti, María García Montaño, Maria Gladis Bobadilla, María Gloria Franconetti, María Graciela Rodriguez, María Inés Biedma, María Inés Bruzzi, Maria Ines Krimer, María Inés Moralejo, María isabel Statile, María José Mundet, María Joselevich, María Juen, María Laskowski, María Laura Blanco, Maria Laura Corvalán, Maria Laura Goenaga, María Laura Morote, María Laura Olivier, Maria Laura Pardo, María Laura Tomaspolky, María Lenz, María Liliana del Rio, Maria Lo Gullo, Maria Luisa Muller, María Lujan Ros, María Machado Cherny, María Maio, María Marta Broxup, María Mauvesin, María Mendes, María Mercedes Franconetti, Maria Neder, Maria Paula Gonzalez, Maria Paula González, Maria Pomacusi, María Roldán, Maria Rosa Gómez, María Rosa Lojo, Maria Rubinelli, María Sara Melo, Maria Semeraro, María Sol Gonzalez, María Soledad Ruiz Moreno, Maria Susana Laborde, María T. D’Meza, Maria Teresa Storni, María Victoria Piazza, Mariabna Canavese, Mariana Baranchuk, Mariana Berdondini, Mariana Bomba, Mariana Bossié, Mariana Busetto, Mariana Fernandez, Mariana Gastellu, Mariana Gorjon, Mariana Groisman, Mariana Lagos, Mariana Melhem, Mariana Podetti, Mariana Sirote, Mariana Spravkin, Mariana Vallejos, Mariana Viñas, Mariana Volpi, Mariana Wassner, Mariana Yablon, Marianela Grasso Cerrano, Mariángeles Fernández, Mariano Bugarín, Mariano Cabano, Mariano Nicolás Donadío, Mariano Rosa, ariano Schuster, Mariano Zarowsky, Mariano Zega, Maricel Barone, Maricel Martino, Mariela Bianco, Mariela Escanaverino, Mariela Resches, Marilita Giuliano, Marina Carrillo, Marina De Caro, Marina Del Valle, Marina Dogliotti, Marina Eleonora Rubio, Marina Farinetti, Marina Franco, Marina Gendra, Marina Gurman, Marina Mansilla, Marina Oybin, Marina Solomonoff, Marina Waldman, Marina Zeising, Mario Alfredo Fiore, Mario Antonio Olmedo, Mario Curotto, Mario José Lopez, Mario Lipsitz, Mario Pecheny, Mario Pujo, Mario Rodolfo Breccua, Mario Urani, Marión Rosenberg, Marisa lacobellis, Marisa Lanfranconi, Marisa Malvestitti, Maristella Svampa, Marita Garcia, Marita Perceval, Marita Sario, Marlene Caetano de Jesus, Marne Iris Soss, Marqueza Sierra Ovejero, Marta Edith Yajnes, Marta Elena Gutiérrez, Marta Elena Rojas, Marta Fernández Boccardo, Marta Franchini, Marta Garber, Marta Gonzalez, Marta Inés Rietti, Marta Loiácono, Marta Maffei, Marta Mazzeo, Marta N. Benenati, Marta Penhos, Marta Sahores, Marta Soriano, Marta Tamagno, Martha Alicia BergonziMartha Giusti, Martha I. Rosenberg, Martin Aboaf Petit de Murat, Martin Alomar, Martín Bendersky, Martín Bergel, martin camarero, Martín Caminos, Martin Cugat, Martin Deira, Martin Di Girolamo, Martín Díaz Cortez, Martin Gras, Martín Kalos, Martín Liut, Martin Scarpacci, Martin Siccardi, Martín Sichetti, Martin smud, Martina Bloch, Martina Dimeo, Mateo Andrés Dal Molín, Matías Bailone, Matías Cerezo, Matías Lemo, Matías Oliver, Matias Sandoval, Mauricio Tossi, Mauro Andrizzi, Mauro Gallino, Mauro Laborda Campos, Mauro Ramírez, Maximiliano de la Puente, Maximiliano Gonzalez, Maximiliano Laina, Maximiliano Nuñez, Maximiliano Romero Almenar, Mayra Leciñana, Melanie Lamarque, Melina Fernández, Melina Mailhou, Melina Torres , Melisa Argento, Melisa Gnesutta, Mempo Giardinelli, Mercedes Ahumada, Mercedes Halfon, Mercedes Ianniello, Mercedes Justo, Mercedes López Cantera, Mercedes Mignone, Mercedes Moran, Michel Nieva, Miguel Ángel Forte, Miguel Harte, Miguel Harte, Mike Arista, Milena Psevoznik, Miri Molero, Miriam García, Miriam Garcia Merlo, Miriam maidana, Miriam Moriconi, Miriam Peralta, Mirta Beatriz Izquierdo, Mirta Datri, Mirta Fernandez, Mirta Fiore, Mirta Groshaus, Mirta Hillen, Mirta Iriondo, Mirta Iwan, Mirta Mauro, Mirta Palomino, Mirta V Medina, Miryam Graciela Farías, Moira Aguirrezabal, Moira Oks, Moni FocarazzoMónica Amaré, Mónica Aniceto, Mónica Bernabé, Mónica Billoni, Monica Diana Rodriguez, Mónica Fudin, Mónica Gadda, Monica Garmendua, Mónica Gilardoni, Mónica Gurevicz, Mónica Hasenberg, Monica Lichtenstein, Monica Millan, Mónica Müller, Mónica Pironio, Mónica Roqué, Mónica Ruiz, Mónica Sánchez, Mónica Saucedo, Monica Sladogna, Mónica Tarducci, Moyano Lucas, Myriam Cubelos, Myriam Pinto, Myriam Soae, Nadia Romero, Nancy Gomelsky, Nancy Saks, Nancy Tesoriere, Nancy Vargas Muñoz, Natacha Bacolla, Natalia Amatiello, Natalia Barry, Natalia Bermejo, Natalia Bruschtein, Natalia Capurelli, Natalia Cler, Natalia Gelós, Natalia Otero, Natalia Pandolfo, Natalia Porta López, Natalia Roca, Nayra Insua, Nelci Pascual, Nelly Richard, Nelly Schmalko, Nelson Dario Bovcon, Nerio Barberis, Nerio Tello, Néstor Abramovich, Néstor Camino, Néstor García Canclini, Nestor Goyanes, Nicolás Arata, Nicolás Artusi, Nicolás Gil Lavedra, Nicolás Hochman, Nicolás Perrone, Nicolas Ricardo Cejas Monter, Nicolás Sacco, Nicolás Schuff, Nidia Bellene, Nieves Mendez, Nilda Forconesi, Nilda Hermann, Ninon Cottet, Noelia Barral Grigera, Noemí BenchimolNoemi Frenkel, Noemi Giosa Zuazua, Noemí Goldman, Noemi Roman, Nora Das Biaggio, Nora Fernández, Nora Gueler, Nora Guzardi, Nora Inés Bargiano, Nora Iniesta, Nora Luna, Nora Prudkin, Nora Rotstein, Nora Strejilevich, Nora Szarazgat, Noralí Boulan, Norberto Alvarez, Norberto Daniel Ianni, Norberto Pablo Fernández, Norberto Ramazotti, Norma Beatriz Gareta, Norma Carolina Abdala, Norma Ciuffo, Norma Lares, Norma Susana Burgos Molina, Octavio Zaya, Odulia Vega, Olga Beatriz Martinez, Olga Brunatti, Olga Gonzalez, Olga Liliana Sulca, Olga Martinovich, Olga Wornat, OLGA WORNAT, Omar Buamden, Omar Rodolfo Pianzola, Onilda Ghirardi, Orlando Bentancor, Oscar Cetrángolo, Oscar Cismondi, Oscar Pablo di Pasquo Gal, Oscar Quiroga, Oscar Reymundo, Osmar Núñez, Osvaldo Bagorria, Osvaldo Gómez Masía, Osvaldo Joaquín Acerbo, Osvaldo Monterubbianesi, Osvaldo Uchitel, Pablo Aguirre, Pablo Baumann, Pablo Bertinat, Pablo Bortz, Pablo Diantina, Pablo Fazzari, Pablo Ghigliani, Pablo Ingberg, Pablo Kovalovsky, Pablo Kreimer, Pablo Leonidas Nisenson, Pablo Luis Caballero, Pablo Mantero, Pablo Martino, Pablo Miguez, Pablo Ramos, Pablo Rodríguez Jáuregui, Pablo Sapriza, Pablo Stefanoli, Pablo Trilnik, Pablo Turnes, Pablo Valle, Pablo Volkind, Pablo Vommaro, Pablo Zunino, Pajaro Gomez, Palumbo Liliana, Pamela Monkobodzky, Paola Cortes Rocca, Paola Ibarra, Paola Salinas, Patricia A. 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Nueva Licitación de “Hidrovía”: 60 Años de privatización del Río Paraná al lobby agroexportador

Ante la Nueva Licitación de la Vía Navegable Troncal

22 de Noviembre 2024

Desde la Asociación Argentina de Abogados/as Ambientalistas (AAdeAA) manifestamos nuestra profunda preocupación frente al reciente anuncio del Gobierno argentino sobre la licitación de la Vía Navegable Troncal, con una concesión inicial de 30 años, extensible por otros 30, proyectando sus efectos hasta 2085, el equivalente a quince mandatos presidenciales. Este proyecto, mal llamado”Hidrovía”, trasciende lo técnico para convertirse en un símbolo de las dinámicas extractivistas que han marcado la relación histórica del país con sus ríos y territorios.

El modelo propuesto desde el gobierno de La Libertad Avanza, responde a una lógica privatizadora y desreguladora que prioriza los intereses económicos de unos pocos sobre las necesidades colectivas. Esto refuerza un esquema agroexportador y financiarizado que ha intensificado en las últimas décadas las desigualdades socioambientales, afectando de manera estructural la integridad del Río Paraná y las comunidades que dependen de él.

El Paraná no puede ser reducido a una vía de tránsito comercial, sino como un enorme territorio que constituye un entramado vital. Alberga una biodiversidad única y sostiene los ciclos ecológicos esenciales para el bienestar de ocho provincias argentinas, en las cuales viven 12 millones de personas. Sin embargo, su gestión ha sido históricamente funcional a un modelo de maldesarrollo basado en la exportación de naturaleza, que reduce los territorios para maximizar las ganancias de sectores como el sojero, minero y forestal. Esta visión reduccionista ha provocado un deterioro alarmante de la cuenca, tanto en términos ambientales como sociales.

Desde la AAdeAA hemos señalado reiteradamente que la mal llamada “Hidrovía” representa mucho más que un proyecto infraestructural: es un ataque a los derechos del río, entendidos como parte integral de los derechos de los pueblos y de los ecosistemas. Perpetuar este modelo no solo compromete la capacidad del Paraná para sostener sus ciclos vitales, sino que amenaza con erosionar las diversidades ecológicas, económicas y culturales que hacen de la región un territorio vivo y en constante devenir.

Este debate no es solo técnico ni económico; es político y ético. En un contexto de crisis ecológica global, insistir en la lógica de la acumulación y el saqueo es perpetuar un camino de devastación. Nos urge repensar nuestras relaciones con los ríos y los territorios desde un horizonte ecosocial, en el que primen la justicia ambiental y el respeto por las múltiples formas de vida que sostienen nuestra existencia común.

Desde la Asociación Argentina de Abogados/as Ambientalistas (AAdeAA) hemos denunciado en múltiples ocasiones que la existencia misma de la “Hidrovía” representa un atentado contra los derechos del río.

En este contexto, es fundamental recordar que el Paraná no debe ser considerado simplemente como una vía fluvial para el comercio internacional. Debe ser reconocido como un sistema ecológico complejo que sustenta a millones de personas y alberga una rica biodiversidad. La transformación del río en una “hidrovía” ha llevado a una serie de intervenciones destructivas, incluyendo dragados y canalizaciones que han alterado su régimen hidrológico.

Particularmente denunciamos, que no se puede avanzar en este proceso licitatorio, sin la realización de estudios de impacto ambiental y su evaluación por la máxima autoridad ambiental nacional de manera concertada con las autoridades ambientales de las provincias involucradas en la ribera del Paraná Paraguay. 

No se puede avanzar en este proyecto licitatorio, sin un órgano de control independiente y abierto también a las Provincias y la democracia ambiental en la aplicación y cumplimiento de sus herramientas de participación ciudadana, con los tiempos, responsabilidad y dedicación que lo expuesto determina. 

Más aún, en la mayor crisis hídrica de la historia registrada, avanzar como se propone oficialmente desde la nación, va a llevar a profundizar todos los procesos de desertificación,  destrucción del sistema de humedales de agua dulce más importante del país y las costas del del, afectando directa e indirecta a más de veinte millones de argentinos y el sistema de vida milenario que lo contiene en esta nuestra naturaleza litoraleña y mesopotámica. 

La profundización, que se planea lleva de 36 a 42 pies, provocará mayores niveles de desertificación a lo largo del Delta del Paraná, uno de los humedales de mayor importancia de nuestro país. La misma está liderada por el sector privado, el poder económico concentrado del agronegocio en el polo agroexportador de Rosario, con todos los privilegios del descontrol. Esto constituye un agravio al federalismo de concertación y una violación grosera y sistemática de todo el contexto convencional internacional como regional. Así lo denunciamos públicamente, y así lo hacemos ante los tribunales de la Nación. 

Es esencial construir un futuro donde el desarrollo vaya de la mano con la justicia social y el respeto por los ecosistemas. Solo así podremos garantizar que todos los argentinos se beneficien equitativamente de nuestros bienes naturales.

Solicitamos a las Provincias se pongan a la altura de las circunstancias y en su caso, de no ser escuchados por el Gobierno Nacional, accedan ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, por ser negadas de manera vergonzosa y brutal en el caso que nos ocupa. 

Solicitamos a las áreas ambientales provinciales involucradas, procedan conforme a Derecho haciendo valer sus competencias, sus constituciones provinciales y en particular los artículos 41, 42 (rol de las provincias en los órganos de control) 124 de la Constitución Nacional. 

Incendios, negacionismos y cambio cultural

En las últimas décadas, los incendios cambiaron de magnitud; son megaincendios. Resultaría contraproducente seguir entendiéndolos como “desastres naturales” sin problematizar la noción de “desastre natural”.

por Maristella Svampa para elDiarioAr

n bombero trabaja para contener un incendio en una zona verde este jueves, en la ciudad de Manaos, Amazonas (Brasil). Amazonas.
Un bombero trabaja para contener un incendio en una zona verde este jueves, en la ciudad de Manaos, Amazonas (Brasil). Amazonas. EFE

Hemos entrado a un territorio incierto y desconocido, el de los colapsos climáticos localizados, el de los eventos extremos, cada vez más frecuentes: inundaciones, olas de calor y de frío, vientos huracanados, tornados, sequías, incendios… Hoy es el turno de los incendios: se prende fuego la Amazonía, se prende fuego Córdoba, se prende fuego el Pantanal, el humedal más grande del mundo. El humo invade las ciudades de Asunción, llega hasta Buenos Aires. Incluso hay quienes dicen haber visto humo en las alturas de Machu Pichu.

En las últimas décadas, los incendios cambiaron de magnitud. Están por todos lados y ocupan cada vez más espacio en las noticias. Por su magnitud y escala, se trata de megaincendios. Resultaría contraproducente seguir entendiéndolos como “desastres naturales” sin problematizar la noción de “desastre natural”. Estos incendios son producto de la crisis climática que estamos atravesando como planeta, algo directamente asociado con la dinámica del capitalismo neoliberal, cuyo carácter concentrador y ecocida acelera aún más la espiral del colapso ambiental. Según National Geographic a estos megaincendios se los llama “incendios de sexta generación” ya que por su intensidad alteran la dinámica de las capas altas de la atmósfera y generan vientos que pueden ser muy difíciles de predecir, por lo que no es posible seguir el comportamiento del fuego. El fuego libera una gran cantidad de energía, dando lugar a que se forme una meteorología propia dentro del incendio. Los megaincendios devienen así muy destructivos e incontrolables.

Gran parte de los múltiples focos de incendios que hoy se esparcen son disparados por el cambio climático, con el aumento de las temperaturas, el estrés hídrico y la sequía. El peligro se multiplica en la temporada seca, como viene sucediendo en las últimas semanas en el valle de Calamuchita o en las Sierras Chicas, Córdoba. Hace unos días, el fuego llegó a la autopista que une Córdoba capital con Carlos Paz.

Inmenso incendio a 2.500 metros de altura, en Tafí del Valle David Correa

La sequía sacude también la gran región Amazónica. Y sucede, como escribe la periodista brasileña Eliane Brum, que esos ríos voladores de la Amazonía que en verano nos traen humedad, hoy, en la cada vez más extendida temporada seca, nos traen el calor y el humo. Así, con la emergencia climática, la temporada seca se amplía cada vez más y llega antes de lo previsto.

También sabemos, y nadie puede hacerse el distraído, que muchos incendios son intencionales, porque son enormes los intereses de quienes buscan arrasar los territorios, desmontando montes, bosques y humedales, y utilizar la tierra para actividades económicas, sin respetar los ciclos de la naturaleza. Esto sucede con la expansión de monocultivos como la soja, de la ganadería extensiva (la expansión de la industria cárnica es una suerte de tabú, que nadie quiere abordar, tanto o peor que la soja, por el aumento en las emisiones de CO2), y, por supuesto, el avance de emprendimientos inmobiliarios. Todas estas actividades requieren desmonte y cambios en el uso del suelo. Y generan otros impactos negativos, como la escasa absorción del suelo frente a lluvias torrenciales e inundaciones, entrampándonos cada vez más en un círculo perverso de eventos extremos, que se van potenciando entre sí, alimentados por un tipo de economía que no respeta las fronteras planetarias.

Todos recuerdan “el día del fuego” instaurado hace unos años por el expresidente J. Bolsonaro en Brasil, en el que los ganaderos y otros productores salen a hacer las quemas, práctica que está muy difundida tanto en Paraguay como en Argentina y Bolivia. En el vecino país andino, donde el gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) benefició la expansión descontrolada de la soja como ninguna otra gestión, incluso en detrimento de territorios protegidos, hubo grandes incendios, como el de la Chiquitanía en 2019, cuando se quemaron más de 2 millones de hectáreas y casi seis millones de mamíferos perecieron. Sólo en lo que va de 2024, en Bolivia se quemaron ya el doble, unas cuatro millones de hectáreas, superficie equivalente a Suiza. Tal es la gravedad de los incendios que el gobierno boliviano, que recurrió a la ayuda de los países vecinos, acaba de prohibir la quema de pastizales por tiempo indeterminado. 

Suspenden vuelos y clases presenciales en zonas más afectadas por los incendios en Bolivia. EFE

En Argentina, los incendios afectan todos los ecosistemas, todas las provincias. En 2022, Corrientes perdió casi 1 millón de hectáreas arrasadas por el fuego, el 12% de la superficie provincial. La sequía histórica y la crisis climática, asociada a la expansión de modelos concentradores de la tierra (como el monocultivo forestal) fueron la chispa del incendio que devoró una quinta parte de los Esteros de Iberá, el mayor humedal de la Argentina. ¿Cómo olvidar las imágenes de ese tremendo incendio, los cuerpos de animales carbonizados y aquellos yacarés que vimos en las fotos, buscando escapar del fuego, la muerte y el horror en los ojos?

Hablando de incendios, quisiera contar en esta columna que desde 2022, con escritoras y periodistas amigas, Claudia Aboaf, Soledad Barruti, Gabriela Cabezón Cámara, Dolores Reyes creamos la colectiva ecofeminista y socioambiental Mirá. Dicha grupalidad se formó al calor de la defensa de las costas bonaerenses y del mar argentino frente a la expansión petrolera offshore. Hoy, en 2024, nos une la urgencia de contribuir a la instalación del debate sobre la crisis climática (responsabilidad de los países más ricos), y su relación con el actual modelo neoextractivista en Argentina y América Latina, que impulsan los diferentes gobiernos, más allá del signo político, sean oficialistas u oposición.

La propuesta de Mirá Socioambiental es la de entrar en conversación con las voces de los territorios, y generar otros lenguajes de valoración, lenguajes eco-literarios; tratar de llegar ahí donde el periodismo ambiental y la investigación científica a veces no llegan, en relación con las problemáticas socioambientales. Por eso, acabamos de publicar el primer episodio de una serie, El territorio habla que tratará de los principales desafíos socioambientales de nuestro país. En el episodio 1, “Todas las Fuegas el fuego”, las integrantes de Mirá Socioambiental viajamos este verano de 2024 a Córdoba para hablar de los incendios y escuchar a las Fuegas, colectiva ecofeminista de brigadistas comunitarias, que entran y salen del fuego, creando al mismo tiempo comunidad. Con y junto a ellas nos preguntamos: ¿por qué se incendia América Latina? ¿Por qué se prende fuego Córdoba? ¿Qué hay detrás de la devastación de territorios, de la fauna, de la biodiversidad? ¿Qué formas toma la resistencia ante el avance del fuego y qué nuevos oficios se gestan ante la aceleración del cambio climático?

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Difícil sería negar que la Argentina atraviesa uno de sus momentos más oscuros, de la mano de un gobierno de extrema derecha que además de favorecer a los sectores más ricos y concentrados, de arrasar con nuestros derechos, de buscar disciplinar a la sociedad y de desmantelar el Estado, es también negacionista desde el punto de vista climático (como lo son D. Trump y J. Bolsonaro). En esa línea no hay nada que esperar.

Este gobierno empeorará los impactos en términos de colapsos climáticos localizados. Mucho más ahora que se aprobó el RIGI (Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones), que construye un régimen de privilegio para las inversiones superiores a los US$200 millones. No cabe duda de que dichos emprendimientos significarán una mayor expansión de la soja, de la ganadería extensiva, del llamado “desarrollo inmobiliario”, y de todo tipo de extractivismo, transnacional y de capitales nacionales.

El presidente Javier Milei no cesa de hablar de los empresarios como “benefactores sociales”, muchos de los cuales son los máximos responsables de estos graves delitos ambientales, que tienen como consecuencia la destrucción de ecosistemas críticos, como montes, bosques y humedales.

Pero no es sólo el negacionismo terraplanista de este gobierno, que se regocija abiertamente en el ecocidio y cuyos seguidores y funcionarios pueden arrogarse el “derecho a contaminar”. Aunque no dudamos de que hay cada vez más argentines, sobre todo jóvenes, que son conscientes de los enormes riesgos ambientales que atravesamos, también existen sectores importantes de la sociedad que continúan abonando a una suerte de negacionismo climático implícito. Se preocupan hoy, cuando les arde la garganta por el humo de los incendios y se preguntan frunciendo la nariz de dónde viene, o se alarman cuando ven llegar el fuego, que amenaza incluso la vida protegida de los countries (como sucedió en la localidad de La Calera, vecina a Córdoba capital), y comprenden de golpe que, aunque “los sin muro” son más vulnerables, nadie está a salvo verdaderamente de estos desastres climáticos.

Incendios en Córdoba: se contuvo el foco en La Calera pero el fuego no cesaba en Ambul. NA.

Pero al día siguiente, una vez más, cuando el último foco es apagado o el humo desaparece del horizonte, en vez de exigir urgentes políticas públicas y/o volcarse a la participación ciudadana, vuelven a actuar como si no pasara nada.

El deseo de retornar a la normalidad es humano, demasiado humano, y ciertamente atraviesa todas las clases sociales, pero también nos hunde más en el abismo de la negación. De nada sirve “volver a la normalidad” si esta ya no existe como tal. Sólo dilata nuestras respuestas, las pospone, las envía al inconsciente o las archiva en una zona de confort psicológica, hasta que el próximo evento extremo vuelva a trastocarlas y nos coloque de frente, una vez más, ante la insoslayable realidad urgente y oscura.

Como colectiva socioambiental, desde Mirá, como escritoras e investigadoras, también nos preguntamos: ¿qué estética y qué pedagogía tenemos que adoptar para conmover y generar un cambio cultural en la población respecto de los desafíos ambientales que enfrentamos?

Necesitamos interpelar a la sociedad, más que nunca, porque este cambio cultural que exige políticas públicas de regulación del capital, de protección de los bienes comunes y naturales, de adaptación a los riesgos climáticos y una amplia participación ciudadana, una política integral de cuidados no provendrá de un gobierno negacionista y liquidador de derechos, ni de los empresarios, hoy “benefactores sociales”. En eso, al menos, estamos todes de acuerdo. Necesitamos generar un cambio cultural, antes de que sea demasiado tarde. Y para ello, urge crear espacios luminosos en medio de la oscuridad.

Extractivismo Libertario

Extractivismo libertario y nuevo ciclo de luchas

La ola libertaria, a la cual se han subido muchos de los gobernadores, se propone instalar un nuevo régimen político que apunta a barrer no solo con toda narrativa de derechos sino con toda resistencia social.

por Maristella Svampa y Enrique Viale para elDiarioAr

Con la llegada del gobierno libertario, asistimos a una vuelta de tuerca del extractivismo a gran escala en Argentina. No es que los anteriores gobiernos no desarrollaran políticas extractivistas. Sabemos que la visión instrumental de los bienes naturales y la indiferencia hacia las problemáticas ligadas a la crisis climática/ecológica traza una fuerte línea de continuidad entre progresismos y neoliberalismos. Pero el triunfo de la extrema derecha libertaria instaló una inflexión violenta que conllevó un sorprendente corrimiento del umbral de lo posible, tanto respecto de la (des)regulación estatal, el desmantelamiento de derechos, el cuestionamiento de la que creíamos era una idea consensual de la democracia, así como en sus modos hiper-represivos y violentos de tratar el conflicto social.

La firma del Pacto de Mayo (el pasado 9 de julio) dice explícitamente en su tercer punto  que las provincias deben avanzar en la explotación de los recursos naturales. Ese discurso de Milei dio luz verde a los gobernadores, una señal que habilita el avance brutal del extractivismo en los diferentes territorios, sin importar los costos, tanto respecto de la minería metalífera y de litio, como en relación a otras figuras extremas del extractivismo como el agronegocio o el avance hidrocarburífero. Más claro: el RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones), al cual adhirieron casi de inmediato las provincias, envalentonó a los gobernadores, que hoy se suben eufóricos a la ola libertaria, para ir en la dirección extractivista que hasta hace poco se les hacía esquiva o más difícil, debido a la fuerza de los movimientos socio-ambientales, en el marco de una narrativa más o menos consensual en torno a la defensa de derechos.

Obras de teatro con actores pagos

Esto ya está sucediendo en las provincias y uno de los ejemplos más notorios es el caso de Río Negro, primera jurisdicción que adhirió al RIGI (incluso antes de que estuviera reglamentado por el gobierno nacional), sobre todo con la gran minería a cielo abierto, una actividad que no había podido llevarse a cabo, debido a la resistencia de las poblaciones y las comunidades indígenas, pese a que desde 2011 se derogó la llamada ley Anticianuro (sancionada en 2005).  

El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilnek, cuyo partido provincial gobierna ininterrumpidamente desde 2011, viene avanzando en el control de los tres poderes del Estado y de los medios de comunicación, para generar un nuevo entramado legal, a través de la derogación de leyes de protección ambiental (como la que protegía el Golfo San Matías), modificando otras leyes (de tierras, código minero), dividiendo a las comunidades indígenas (sin consultar a las que se oponen), para habilitar así la instalación de un puerto petrolero, una planta de GNL y avanzando en la minería a cielo abierto. Este espeso entramado legal al servicio de un modelo petrolero-minero, apunta a limitar y controlar también los dispositivos de participación ciudadana, generando simulacros de participación, montajes que convalidan la decisión gubernamental, tal como lo ilustró de manera casi surrealista la audiencia pública de Ingeniero Jacobacci, por el proyecto minero Calcatreu, realizada el viernes 30 de agosto.

Una de las cuestiones que más saltó a la vista en dicha audiencia pública, a la cual la coautora de esta nota participó como expositora, fue no solo el triunfalismo del gobierno sino también la manipulación política de las expectativas de la población sobre el trabajo prometido. Jacobacci es una pequeña y humilde localidad de la Línea Sur, vaciada económicamente en términos de políticas públicas, y muy probablemente sean muchos los pobladores –sobre todo, los jóvenes– que aguardan legítima y ansiosamente a la minería como oportunidad de trabajo. 

Debido a que gran parte de las asambleas socioambientales rechazaron participar, la audiencia pública se convirtió en un estrado donde los inscritos subían para exclamar enfáticamente “Sí a la minería” y manifestar su expectativa laboral. Sin embargo, según el Estudio de Impacto Ambiental, el proyecto minero Calcatreu creará solo 100 empleos durante la fase de construcción y 250 durante la explotación del proyecto que durará cinco años. Pese a ello, en sintonía con el discurso libertario, los funcionarios rionegrinos anuncian exultantes la solución al desempleo, la pobreza y el desarrollo local de la mano de la minería. Atacan el “pobrismo” para fomentar el pensamiento mágico.

Tanto los especialistas como las poblaciones afectadas son conscientes de que la minería metalífera a cielo abierto no genera muchos puestos de trabajo. Hace 20 años que venimos documentando datos desalentadores. Según datos del SIPA (2023), elaborados por el profesor y geógrafo Marcelo Giraud, de la Universidad Nacional de Cuyo, la minería metalífera solo emplea el 0,15% del empleo privado registrado total. Si seguimos la trayectoria de las localidades mineras, en Belén (Catamarca), solo el 1,5% trabaja en minería, mientras que en Jachal (San Juan) es de 3,3% (datos elaborados por la investigadora del Conicet Cecilia Agnistein). Mientras tanto, el Indec informaba para el segundo trimestre de 2023 que la pobreza en Catamarca era del 45% y el 41% en San Juan, antes de que el gobierno de Milei sumara unos 10 puntos porcentuales. 

En Perú, país minero por excelencia, en la actualidad el empleo en minería metalífera es del 1,5% de la población económicamente activa, mientras que la agricultura llega al 27,5%, según el exviceministro de Ambiente, el economista José de Echave.

La conclusión es que el trabajo minero que se crea es poco y de mala calidad; el impacto en términos de desarrollo local es insignificante. El empleo indirecto es de inserción muy precaria, trabajadores informales, comercio, empleadas domésticas. Y no es casual que en las provincias extractivas crezca el empleo público y la economía popular. Para colmo, la ruta del extractivismo está marcada históricamente por la prostitución y la trata de personas. 

El día después de la audiencia el gobernador de Río Negro publicó un tuit en X que dice: “Somos una provincia minera”. Y ello no es casual, hay 53 proyectos mineros en distintas fases, que colocan a la provincia en el top del ranking nacional, por encima, incluso de San Juan, la provincia prominera por excelencia. Así, en Río Negro, se juega algo más que un proyecto minero: Calcatreu es la puerta de entrada que convertirá a esa provincia en una zona de sacrificio a gran escala, con proyectos de oro, plata, litio y uranio, entre otros. Una apuesta a la reconfiguración productiva hacia un modelo primario extractivo exportador, sin valor agregado, de la mano del RIGI, que amplificará la destrucción de los territorios, a lo cual hay que sumar la construcción del puerto petrolero y la Planta de GNL. 

Mientras tanto, en otra localidad rionegrina, en Chimpay, los que hicieron sentir su voz durante la peregrinación anual para homenajear al beato Ceferino Namuncurá fueron los obispos de la provincia, quienes manifestaron su crítica, diciendo: “No les importa el cuidado de la tierra, los proyectos que hipotecan el agua y la tierra (…). Que escuchen a la gente y haya un diálogo transparente, no audiencias públicas que son obras de teatro con actores pagos”.

Embestida a gran escala

Pero esto no es todo. La embestida de gobernadores y corporaciones, envalentonados por la política libertaria, abarca numerosas provincias. La genuflexión es total, incluso en gran parte de las oposiciones provinciales. En Mendoza el embate minero es aplastante. Modificaron el Código Minero, pretenden reformar el Código de Aguas, algo que nadie se había atrevido a tocar hasta ahora. Y con el RIGI –ya aprobado a nivel provincial– pretenden destrozar la histórica ley 7722 que protege el agua.  

En San Juan, el avance del proyecto minero Josemaría supondrá el despilfarro de 1700 litros de agua por segundo, 151 millones por día, durante los 20 años del proyecto. También, ya se contó acá, en la provincia de Chaco se modificó el mapa de protección de bosque nativo para habilitar la destrucción de casi un millón de hectáreas por parte del agronegocio y las tanineras. En Corrientes, el avance del RIGI supone el corrimiento de la poderosa industria de monocultivo forestal que ya domina medio millón de hectáreas rurales y va por los Esteros y humedales provinciales. Por su parte, avanza la privatización definitiva del río Paraná visto solamente como una ruta de transporte de mercadería, la vena mayor de desangrado y saqueo de nuestro país.

Y así, en la era de la demencia y la crueldad, el gobierno de Milei creó la Secretaría de Culto y Civilización. No es una fake news ni una broma de mal gusto; así se llama, por más de que no estemos en el siglo XIX, sino en el XXI. Allí pusieron a cargo de esta tragicómica secretaría a Nahuel Sotelo, un personaje ignoto cuyas primeras declaraciones fueron “ojalá Argentina contaminará más” y que pretende “declarar a Greenpeace como terrorista”, una denominación genérica, que por supuesto busca abarcar cualquier organización ambientalista. Esto es muy peligroso porque acusar a alguien de “terrorista” implica perseguirlo, encarcelarlo, considerarlo un enemigo que debe ser aniquilado, como sucedió en los años 70. Además, esta provocación resulta inaceptable en América Latina, que posee el récord mundial de asesinatos de defensores ambientales.

Queda claro que la ola libertaria, a la cual se han subido muchos de los gobernadores, se propone instalar un nuevo régimen político que apunta a barrer no solo con toda narrativa de derechos sino con toda resistencia social. Con el corrimiento del umbral de lo posible, se abre así un nuevo ciclo político de luchas para las organizaciones sociales en Argentina. Hay que ser consciente de ello. 

Ciertamente, vivimos momentos de gran oscuridad, pero el acumulado de luchas en Argentina en defensa de los derechos humanos, sociales, ambientales, de género y raciales no puede nunca ser desestimado. Hoy no se trata solo de “una lucha ambiental” sino de saber y ser consciente que el núcleo de las dramáticas políticas económicas del gobierno de Milei pasan medularmente por habilitar el saqueo a gran escala de los bienes naturales. Comprender esto reconfigura el escenario de lucha frente a las políticas de entrega y saqueo. Ellos lo saben, por eso el escarnio y la descalificación de parte de los diversos oficialismos hacia el movimiento ambiental. 

En consecuencia, las resistencias vendrán de ahí, de los territorios, como lo fueron el Mendozazo y el Chubutazo. Allí puede estar el germen de resistencias más integrales que avancen hacia la construcción de propuestas de cambio que aborden la nueva situación y apunten a generosas articulaciones sociales y políticas en el plano de la justicia social y ambiental. 

democracia

Disciplinamiento y estado de excepción en la Argentina de Milei

por Maristella Svampa y Enrique Viale para elDiarioAr

La democracia se debilita con detenciones arbitrarias de manifestantes y acusaciones infundadas. El Gobierno ha intensificado el autoritarismo contra la educación pública y los movimientos sociales, bajo el pretexto de proteger intereses económicos. Es urgente defender la democracia y los derechos humanos.

La democracia languidece en la Argentina. La situación de los detenidos y detenidas por manifestarse, y las gravísimas y arbitrarias imputaciones que se les hacen, es propia de regímenes autoritarios. Se está instalando un estado de excepción, donde los derechos constitucionales más básicos son suspendidos. 

Pero la democracia no se suicida sola. Con el proyecto de ley de Bases, la derecha y la centroderecha entregaron el país en bandeja a la extrema derecha, que sólo contaba con siete votos propios en el Senado. Ahora, con dicha “ley de leyes” casi aprobada, se vienen en la Argentina tiempos aún más ominosos, más represión, más autoritarismo, menos derechos, más destrucción del Estado.

Por la arbitrariedad de las detenciones realizadas en la manifestación del pasado miércoles 12 de junio, queda de manifiesto que las mismas forman parte de una estrategia de persecución política y un ataque deliberado a la libertad de expresión y el derecho de protesta. El pedido de detención del fiscal federal Carlos Stornelli enumera las circunstancias que lo justificarían genéricamente y de modo tendencioso pues expresa ya una condena política. Las normas exigen que debería describirse persona por persona y con detalle —esto es, haciendo referencia a pruebas concretas— las razones para privar de libertad a un ciudadano. Legalmente, en lugar de atribuir conductas delictivas concretas, como exigen las garantías penales, se describe un contexto general y de modo sesgado, sin distinguir casos ni precisar prueba. Salta a la vista que la Justicia no está actuando en función de elementos objetivos del caso y respetando las normas procesales, sino en respuesta a la presión política del Gobierno. 

Todos los organismos estatales involucrados están avanzando con una absoluta falta de transparencia, de modo antidemocrático. El Ministerio de Seguridad nacional, que dio la orden de reprimir y que en la causa penal se presentó como querellante; la Policía, en la calle; la Fiscalía, solicitando las detenciones en base a tuits de un organismo que no existe en el organigrama estatal (“Oficina del Presidente” sólo existente en la red social X). Durante las primeras veinticuatro horas después de detenidas las personas, los funcionarios responsables negaron su paradero a familiares y organismos de derechos humanos. 

La represión, en sintonía con el accionar de infiltrados en la marcha, comenzó alrededor de las 15-16 horas. No es casual, el plan de Patricia Bullrich era generar imágenes a través de los medios oficialistas (La Nación, TN y redes sociales amplificadas por Infobae) para romper la nutrida manifestación y provocar el temor y la inacción de los “sueltos” que pretendían acercarse a manifestar a la plaza Congreso luego de terminada la jornada laboral. Y lo lograron, ya que a las 18, como consecuencia de la brutal represión, la plaza había quedado casi vacía, a pesar que restaban varias horas aún de debate parlamentario. 

La Banelco del siglo XXI tuvo una nueva vuelta de tuerca en la decidida tarea de cambiar favores por votos: el nombramiento como embajadora de la Unesco en París para la Senadora Lucila Crexell de Neuquén, que dio su voto positivo a la Ley Bases, contradiciendo su accionar hasta ese momento. Miembro de la oligarquía —política y económica— de Neuquén, Lucía Crexell Sapag se lució el día de la sesión con una imponente cartera de US$2000 en un Senado que la conoce por su pasión por los viajes al exterior. Hija de Luz Sapag, forma parte del clan político del poder neuquino y del emporio empresarial Crexell, representante de una burguesía local que se enriquece gracias a la actividad petrolera de Vaca Muerta. Es que Vaca Muerta es un gran negocio para un pequeño grupo de proveedores provinciales, que casi siempre caen en manos de la clase política-empresarial local, los que monopolizan millonarios contratos de transporte, hoteles, comidas, etc. Un patrón que se repite en otras provincias, en relación, por ejemplo, con los servicios mineros.

Además, pese a su discurso anticasta, la extrema derecha naturalizó la corrupción de modo acelerado. El diputado nacional del oficialismo Oscar Zago (Movimiento de Integración y Desarrollo, MID) reconoció que a la senadora Crexell le dieron una embajada a cambio de su voto, pero alegó “consensos y acuerdos”, confundiendo torpe y malintencionadamente debate político con lo que es lisa y llanamente el delito de dádivas.

A esto se suma al caso de los siempre resbaladizos senadores Carlos “Camau” Espínola (Corrientes) y Edgardo Kueider (Entre Ríos), elegidos con la boleta del Frente de Todos (ahora Unión por la Patria), que garantizaron con su voto la aprobación de la ley a cambio de favores personales, lo cual se va revelando con el correr de los días. Otro caso, que pasó mas inadvertido, es el de la senadora peronista Carolina Moises (Jujuy), que votó en contra en general pero a favor en particular en el polémico Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI). 

Para explicar lo sucedido no habrá que apelar a las ciencias políticas o la sociología, sino más bien al Derecho Penal. Hubo claramente compras de voluntades; hubo dádivas que están tipificadas en el Código Penal.

Volviendo a los detenidos, ninguno de ellos es responsable de haber prendido fuego a un auto. Los que sí lo hicieron están filmados, retratados y continúan libres. Ninguno de los detenidos tiene siquiera una fotografía participando de hechos de violencia. No las hay ni las habrá porque se lanzó una cacería a manifestantes de modo arbitrario, con un plan preconcebido de represión y criminalización. 

Entre los que siguen detenidos —en prisiones de máxima seguridad— hay tres estudiantes de la Universidad Nacional de San Martín, Camila Juarez (estudiante de sociología), Nicolás Mayorga (estudiante de relaciones internacionales) y Sasha Lyardet (estudiante de comunicación), quienes estaban retirándose, lejos del Congreso; Lucía Belén Puglia, estudiante de letras de Letras de la Universidad de Hurlingham; Juan Spinetto, ambientalista y Maria de la Paz Cerruti, profesora de Historia (detenida cruzando la calle, está filmada), solo por haber ejercido el derecho a manifestarse. No es casual. Buscan disciplinar a las clases medias, y especialmente a aquellos que representan lo que el propio presidente Javier Milei -junto con uno de sus asesores estrella, el ultraderechista Agustín Laje- consideran como expresión del “marxismo cultural”. 

La represión y las detenciones forman parte así de la llamada “batalla cultural” que el gobierno de extrema derecha lleva a cabo en contra de la educación pública, la ciencia pública y la cultura, a las que viene demonizando y acusando en múltiples oportunidades de “adoctrinar”. Muy particularmente, las ciencias sociales y humanas, los ambientalismos y feminismos, están en la mira de esta campaña de amedrentamiento, que ahora ha pasado a la acción concreta de los palos y el disciplinamiento.

Uno de los casos que conocemos personalmente es el de Juan Ignacio Spinetto, ambientalista, docente y abogado. Fue detenido en San Telmo, a cinco cuadras de su casa. Cualquiera que lo conoce a Juan sabe que es alguien muy pacífico, un encanto de persona, incapaz de generar violencia por más mínima que sea. 

Mientras tanto, pasó desapercibida la Resolución 499/2024 del Ministerio de Seguridad Nacional (publicada el 10 de junio pasado en el Boletín Oficial), que permite blindar a los territorios del extractivismo de cualquier resistencia social. El gobierno acaba de conformar una “unidad de seguridad productiva” que habilita así el despliegue de fuerzas federales en las provincias. Esta dispone “analizar las situaciones de inseguridad que presentan o pueden previsiblemente presentar sectores de la economía que, a causa de su gran contribución al crecimiento del país debido al volumen de su producción, a la magnitud de su aporte, a la sensibilidad del material derivado de su actividad o al alto valor de sus productos, requieren de un cuidado especial en el proceso de elaboración o en el transporte de las mercaderías” y “brindar” “la seguridad que demandan las situaciones enunciadas” Más claro, Bullrich blindará Vaca Muerta y las zonas con litio con fuerzas federales. En sintonía con el RIGI (Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones), el objetivo será “proteger” los intereses específicos de las empresas que operan en Vaca Muerta o en las provincias en las que hay litio y resistencias sociales, como en Jujuy (particularmente Las Salinas Grandes) y Catamarca (donde ya la empresa minera Livent es responsable de haber secado un río), el objetivo será “proteger” los intereses específicos de las empresas que operan en Vaca Muerta o en las provincias en las que hay litio y resistencias sociales, como en Jujuy (particularmente Las Salinas Grandes) y Catamarca (donde ya la empresa minera Livent es responsable de haber secado un río).

Estos primeros siete meses del gobierno de Milei nos han instalado de modo acelerado en el campo del suicidio político, en lo que se refiere a valores, ideas y creencias democráticas. Todos los días hay una nueva noticia o un hecho político —o incluso mucho más de uno—, todos ellos empeorando la noticia o el hecho político del día anterior. Nunca, en tiempos de régimen institucional, los y las argentinas hemos estado tan cerca de un gobierno autocrático y de un Estado de excepción como hasta ahora. Más que nunca, no hay que bajar los brazos ni ceder al disciplinamiento social y político. Hay que defender la democracia argentina, esa que logramos con la lucha de tantas mujeres valientes defensoras de los derechos humanos que hace poco nos dejaron, como la gran Norita Cortiñas. 

No basta con pensar que en un futuro —ojalá próximo— nos avergonzaremos como sociedad de todo lo sucedido y cedido en este período funesto. La regresión política es hiperbólica, desmesurada, vertiginosa, pero no por ello irreversible. La historia, nuestra historia pletórica de luchas y resistencias justas, nos lo ha demostrado con creces. Es hora de apelar a la imaginación política así como a la solidaridad nacional —y también internacional—, para lograr desactivar este cuadro político y social demencial y antidemocrático en el que nos ha sumergido el gobierno actual.

derecho a la protesta

Libertad a las personas detenidas: buscan atacar el derecho a la protesta

⚖  Por la arbitrariedad de las detenciones queda de manifiesto que forma parte de una persecución política y ataque a la libertad de expresión y el derecho de protesta.

📝 El pedido de la fiscalía, de indagatoria y detención, enumera a todas las personas detenidas y las circunstancias que lo justificarían de manera absolutamente genérica, cargadas de una condena política. Deberían describirse persona a persona y con detalle -y referencia a pruebas concretas- las razones para privar de la libertad a las personas. La Justicia está actuando no en función de elementos objetivos del caso y respetando las normas procesales, sino en respuesta a una presión expresa del gobierno. Legalmente, en lugar de atribuir conductas delictivas concretas, como exigen las garantías penales, se describe un contexto general y tendencioso, sin distinguir casos ni precisar prueba.

❌ Todos los organismos estatales involucrados están avanzando con una absoluta falta de transparencia, antidemocráticamente. El Ministerio de Seguridad que dio las órdenes de reprimir y que en la causa penal se presentó como querellante; la Policía, en la calle; la Fiscalía, solicitando las detenciones en base a tuits de un organismo que no existe en el organigrama estatal. Ahora es momento de que la Jueza Federal Servini de Cubría se expida rápidamente. Durante las primeras 24hs después de detenidas las personas, los funcionarios responsables negaron su paradero a familiares y organismos de derechos humanos. No respondieron al pedido de información, lo que contradice la defensa del orden democrático y constitucional.

⚖ Exigimos el cierre de la causa que lleva el fiscal Stornelli y que se encuentra en manos de la jueza Servini de Cubría. Debe dictar excarcelaciones para que todas las personas sean inmediatamente puestas en libertad y poner fin a estas criminalizaciones sin ningún tipo de pruebas a personas que ejercían pacíficamente su derecho a la protesta.

Cómo sigue el tratamiento de la Ley de Bases

📝 ¿Cómo sigue el tratamiento de la Ley de Bases?

En el medio de una brutal represión alrededor del Congreso, el proyecto de Ley de Bases fue aprobado en el Senado de la Nación. Por haber sufrido modificaciones, debe volver a su cámara de origen (Diputados) que debe sesionar nuevamente.

La Cámara de Diputados debe ahora considerar las modificaciones propuestas por el Senado. Hay tres posibles escenarios que pueden ocurrir:

  1. Aprobación de las modificaciones: Si las modificaciones son aprobadas por la Cámara de Diputados, el proyecto de Ley de Bases se aprueba con los cambios realizados por el Senado.
  2. Rechazo de las modificaciones: Si no son aprobadas las modificaciones, la Cámara de Diputados insiste con la versión original del proyecto. Para aprobar el proyecto original, se requiere una mayoría absoluta (al menos la mitad más 1 de los miembros).
  3. Caducidad del proyecto: Si el proyecto no se trata nunca en Diputados este año y el próximo año por falta de quórum o cualquier otro motivo, se tendrá por caducado y no se convertirá en Ley.

Seguiremos más juntos y juntas que nunca, en la defensa de los territorios, de la Patria y la Naturaleza.