Del total de nomidadxs, 20 candidatxs serán selecionados para que pasen a la instancia de postulación. A estas personas se les solicitará información adicional para entregar el 25/01/2023, momento en que comienza la última ronda del proceso.

En marzo anunciaremos lxs 7 candidatxs seleccionadxs por un jurado regional e interdisciplinario que podés conocer acá.

El jurado del concurso de ORA en Latinoamérica estará compuesto por Maristella Svampa (académica, Argentina), Alberto Acosta (economista, Ecuador) y Carolina de Moura (activista, Brasil).

Es un término relativamente nuevo. Se ha acuñado como una forma abreviada para referirse a la interacción de un amplio conjunto de factores de estrés: ambientales, culturales, sociales, tecnológicos y económicos. Ejemplo de esto son el cambio climático, la creciente concentración de capital, el deterioro de los gobiernos democráticos, la pérdida de biodiversidad y la aparición de pandemias de origen zoonótico. Estos factores de estrés interactúan de un modo impredecible, tienen graves consecuencias socioambientales y promueven grandes desplazamientos de personas en busca de alimentos, agua, refugio y seguridad. Todo esto tiene un impacto acumulativo que resulta en una cascada de crisis devastadora para la biósfera, que amenaza al futuro y el bienestar de la humanidad y la vida en su totalidad. La emergencia climática, la deficiente respuesta al surgimiento de la pandemia y la guerra en Ucrania son manifestaciones actuales de las fallas entrelazadas que caracterizan a la policrisis.

Entendemos que para responder a las exigencias de la policrisis necesitamos repensar nuestras formas de vida y organización. En este contexto, todo puede ser objeto de reconsideración, incluidos nuestros sistemas culturales, sociales, económicos y políticos. Algunos analistas vaticinan que la tecnología -en particular las aplicaciones de inteligencia artificial (IA) y las tecnologías de energías renovables- serán nuestra salvación. Otrxs pronostican un futuro de nacionalismos ecologistas en el que los países refuerzan sus fronteras para mantener lejos a quienes huyen de las sequías, las inundaciones y los fenómenos de calor extremo que han vuelto inhabitables sus territorios de origen. También, uno en el que las tierras de cultivo productivas y los suministros de agua dulce se protejan celosamente. Otrxs imaginan una reorganización que coloque a la sociedad y la economía humanas en una posición de paridad con las necesidades de la biósfera, en la que toda vida sea tratada con respeto y no como mercancía para el consumo humano. Sin dudas, un requisito previo para imaginar un futuro mejor es crear una comprensión compartida en relación a nuestra situación actual.

En Latinoamérica, el impacto de la policrisis es desigual y resulta especialmente fuerte en los sectores más pobres. En estos casos, se superponen la falta de acceso a todo el espectro de derechos (como trabajo, educación, salud, ambiente) y la exposición a situaciones de violencia institucional. En este sentido, los sectores más vulnerables se encuentran frente a una doble desigualdad: por un lado, por pertenecer al Sur Global y por otro, por ser parte de los grupos más desfavorecidos.

Existe otro rasgo distintivo de la policrisis en la región: la proliferación de proyectos extractivistas que se presentan como soluciones para el desarrollo local y para el ingreso a nivel nacional de las divisas necesarias para cumplir con compromisos internacionales. A menudo, están vinculados a grandes proyectos mineros centrados en minerales esenciales para la economía de las energías renovables. En contextos de altísimos niveles de pobreza y enormes deudas externas, narrar las razones estructurales que revelan la dimensión financiera del modelo extractivista presenta serios desafíos.

Con la beca ORA, buscamos identificar y apoyar nuevos modelos de análisis, liderazgo y compromiso que permitan comprender las formas que adquiere la policrisis en los diferentes países de la región y que a su vez inspiren y promuevan la acción. En este sentido, buscamos personas que entiendan que el viejo modo de entender y abordar los problemas en forma aislada ya no es viable y que, en cambio, debemos aplicar una mirada multidimensional y sistémica. Queremos identificar candidaturas que puedan traducir la complejidad del contexto sin generar una sensación de parálisis. Buscamos acompañar proyectos que inspiren medidas prácticas para desacelerar, si no revertir, los daños causados por las crisis en cascada. Invitaremos a estas mismas personas a que propongan, para sus comunidades, cómo podría ser un futuro más resiliente.

Los diversos factores de estrés que componen la policrisis global están empezando a hacerse sentir en forma de clima extremo, sequía, hambruna, migración y extinción de especies. Pero hay un acuerdo en que la mayor parte de los impactos serán sentidos por las próximas generaciones, con una carga desproporcionada para las personas que viven en el Sur Global.